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Cuando la corrupción campea a sus anchas

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Por Joaquín Márquez ()

Bayamo.- En el sofocante municipio de Yara, en la provincia de Granma, la promesa de un futuro más limpio e iluminado se ha estrellado contra el muro opaco de los privilegios. Los paneles solares, símbolos de progreso y energía renovable, destinados a premiar la abnegación de los mejores médicos del territorio, han seguido un camino tortuoso. Lejos de alentar a quienes cuidan de la salud pública, estos dispositivos han terminado como botín en un reparto mezquino, donde el mérito profesional es la primera y más insignificante baja.

Adrián Botello Almeida, Director Municipal de Salud de Yara.

La figura del director municipal de Salud Pública, Adrián Botello Almeida, emerge como el operador perfecto de este desvío, según una denuncia recogida en la página de La Tijera. No contento con administrar la precariedad, se habría apropiado de tres paneles para blindar sus negocios particulares de helados y la comodidad de su familia.

Este acto, que trasciende la simple apropiación indebida, es un síntoma letal: la función pública ha dejado de ser un servicio para convertirse en un feudo personal, donde los recursos del Estado son tratados como patrimonio del cacique de turno.

El partido, centro de descomposición

Pero el cáncer no se limita a una sola institución. La sede del Partido Municipal de Yara, supuesto bastión de la ética revolucionaria, se ha convertido en el epicentro de una descomposición generalizada. Bajo la sombra alargada de Niurka Alarcón Gómez, primera secretaria del PCC en el municipio, se han reportado malversaciones, robos de cotizaciones y el canibalismo de vehículos oficiales.

Ella, que controla el vital flujo del combustible, ha extendido sus tentáculos hacia negocios agrícolas privados, tejiendo una red de intereses donde lo público y lo personal se confunden hasta indistinguirse.

Yudelkis Ortiz Barceló Primera Secretaria del PCC en Granma

Esta estructura de impunidad no se sostendría sin complicidades en escalones superiores. La denuncia señala a Yudelkis Ortiz Barceló, secretaria provincial del PCC en Granma, como el escudo protector de este sistema.

Su intervención habría permitido a Alarcón reponer parcialmente fondos desviados de fianzas y salarios, un acto de maquillaje financiero que evitó la intervención de la fiscalía. Así, la corrupción no solo se practica, sino que se gestiona y se encubre desde las alturas, perpetuando un ciclo vicioso de delincuencia con collarín.

Deshonestidad cabalgante

El mapa de la deshonestidad en Yara es extenso y vergonzante. Niurka Alarcón aparece vinculada a escándalos en la empresa de pan y dulce, mientras que el propio presidente municipal, Dainier Roberto Vega, enfrenta procesos por malversación.

La fábrica de conservas y otros sectores completan un panorama donde la irregularidad es la norma. En menos de un año, se ha condensado lo que algunos veteranos califican como el periodo más crítico de corrupción en más de dos décadas, una metástasis que carcome los cimientos de la administración local.

Secretaria del PCC en Yara Niurka Alarcón Gómez

Al final, el caso de los paneles solares desviados en Yara es mucho más que un robo. Es la radiografía de un sistema donde la corrupción no es una anomalía, sino el método. Donde los recursos destinados a premiar el esfuerzo o aliviar las carencias son interceptados por una clase dirigente que ha perdido el rubor y campa a sus anchas, segura de que la red de complicidades es más fuerte que cualquier principio.

Mientras tanto, los médicos ejemplares siguen a la espera de su reconocimiento, y la sociedad, de un destello de limpieza que parece cada vez más lejano.

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