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¿CUÁL ES EL OBELISCO EGIPCIO MÁS ALTO DEL MUNDO?

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Tomado de MUY Interesante

Curiosamente, la pieza que ostenta este récord no está en Egipto, sino en Roma.

Madrid.- n la majestuosa Plaza de San Giovanni in Laterano, en la eterna ciudad de Roma, se alza con imponente majestuosidad el Obelisco de Letrán, una obra maestra que trasciende el tiempo y la geografía. Con sus 32,18 metros de altura y un peso colosal de 455 toneladas, este obelisco, erigido en granito rojo proveniente de Asuán, se erige como el más alto de su categoría en el mundo, un testigo de la grandeza de la antigua civilización egipcia y la magnificencia del Imperio romano.

Obelisco de Letrán

El obelisco de Letrán, en Roma, es el más alto del mundo en pie construido en el antiguo Egipto. Torana / Wikimedia

El origen del obelisco

La historia de esta monumental estructura se remonta al año 1400 a. C., cuando el faraón Tutmosis III decidió honrar la memoria de su padre, Tutmosis II, erigiendo un obelisco de granito rojo en el templo de Amón en Karnak, Egipto. Este faraón visionario no pudo ver completada su obra, dejando el obelisco sin epigrafía. Fue su nieto, Tutmosis IV, quien finalmente dedicó el obelisco tanto a él como a su abuelo, situándolo cerca del Templo de Amón en Tebas.

Sin embargo, la travesía de este coloso estaba lejos de su fin. La mirada de Augusto, el emperador romano, se posó sobre el obelisco y consideró que quedaría mejor en Roma. Aunque el tamaño imponente no fue el impedimento, la superstición y el temor a la ira del dios Amón-Ra detuvieron los planes de Augusto. Por su acaso, mejor no tentar mucho a los dioses. Tres siglos más tarde, el destino del Obelisco de Letrán tomaría un nuevo rumbo con Constantino y su hijo Constancio, emperadores cristianos que no temían a los dioses paganos. En el siglo IV, este monolito, junto con el Obelisco de Teodosio, partió desde Egipto hacia Alejandría, bajo las disposiciones de Constancio II. El plan inicial era llevar ambos obeliscos a Constantinopla, la nueva capital del Imperio romano, pero el destino tenía otros planes.

Imagen de un obelisco en fase de construcción

Imagen de un obelisco en fase de construcción. Luis Portugal / iStock

De Egipto al Circo Máximo de Roma

El Obelisco de Letrán fue transportado por el Nilo en un barco especialmente construido para la ocasión, una empresa monumental que involucró a cientos de personas. El sueño de llevarlo a Constantinopla se desvaneció con la muerte de Constantino. Su hijo, Constancio II, decidido a cumplir el legado de su padre, llevó el obelisco a Roma. Las inscripciones en la base del obelisco, grabadas por orden del Papa Sixto V en 1588, relatan la odisea de Constantino y su hijo: un viaje por el Nilo, la construcción de un enorme barco, y el transporte a través del Tíber hasta el Circo Máximo.

La inauguración del Obelisco de Letrán en el Circo Máximo en el año 357 d. C. marcó un hito en la historia de la Roma cristiana. Al elevarse sobre la cúspide, una esfera de bronce dorado adornaba su cima. Sin embargo, se cuenta que la fortuna le jugó una mala pasada cuando un rayo impactó la esfera, llevando a su reemplazo por una antorcha de bronce. Este obelisco se erigía como uno de los principales monumentos de la Roma cristiana, símbolo de la victoria del cristianismo sobre el paganismo.

Situación actual del obelisco de Letrán

Situación actual del obelisco de Letrán. Szilas / Wikimedia

La recuperación de una pieza mítica

La grandiosidad del Obelisco de Letrán no fue eterna. Siglos después, cuando el Imperio romano de Occidente empezaba a declinar, cayó y se rompió tres secciones debido a un incendio en el siglo V. Aunque yacía oculto bajo capas de tierra en el centro del Circo Máximo, su presencia no se desvaneció de la memoria colectiva.

Fue en el Renacimiento, en el siglo XVI, cuando el Papa Sixto V recibió la sugerencia de rescatar este monumento olvidado. Una intensa búsqueda llevó al descubrimiento del obelisco bajo siete metros de tierra y barro en 1587. Domenico Fontana, el arquitecto a cargo, supervisó una minuciosa restauración que devolvió la gloria al Obelisco de Letrán.

El 3 de agosto de 1588, este coloso, ahora coronado con una cruz cristiana, fue erigido en la Plaza de Letrán. La inscripción en la base narraba la historia del faraón Tutmosis III, el traslado a Roma por Constantino y Constancio, y la restauración a manos del Papa Sixto V. La plaza, ahora adornada con una hermosa fuente del siglo XVII, se convirtió en el hogar permanente del Obelisco de Letrán.

La travesía del Obelisco de Letrán es más que una historia de viajes y transformaciones arquitectónicas; es un símbolo de la intersección de culturas, una conexión tangible entre el antiguo Egipto y la Roma cristiana. Este coloso, con sus inscripciones jeroglíficas y su presencia majestuosa, encapsula la riqueza de la historia y la persistencia a través de los siglos.

En la actualidad, el Obelisco de Letrán sigue en pie como un faro de la Roma cristiana, una reliquia que ha soportado el paso del tiempo y las adversidades. Su forma troncopiramidal, cargada de simbolismo religioso, evoca la conexión entre la tierra y el cielo, recordando la antigua mitología egipcia. En una ciudad que respira historia en cada rincón, el Obelisco de Letrán permanece como un testimonio monumental de la eternidad de la grandeza humana.

Detalle de la cúspide del obelisco de Letrán

Detalle de la cúspide del obelisco de Letrán. Livioandronico / Wikimedia

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