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Por Miguel Valdés ()
La Habana.- El asesinato del doctor Alberto Camejo sacudió a Caimito, pero solo a los conocidos del caso, porque en Cuba a veces ni las redes sociales logran llegar con la información a todos.
«Al doctor lo cosieron a puñaladas», dijo un vecino a El Vigía de Cuba, mientras contaba pormenores que no revelaremos del caso.
Camejo murió el 20 de marzo, y nadie ha dicho nada, ni se sabe nada más allá del revuelo que ocasionó entre el personal de Salud Pública, con el que trabajaba y los allegados, porque en Cuba todo es normal.
La víctima de 52 años, trabajaba como epidemiólogo y le habían asignado una moto eléctrica. Y tener un vehículo de ese tipo en Cuba te convierte automáticamente en una posible víctima.
Con Camejo no fue diferente. Lo mataron para robarle la moto. Aunque hubo, tal vez, otro elemento más, que algunos descartaron de inicio y que la policía conoce.
Alberto había vendido la casa de su madre. Había recibido el dinero en la mano y cuando encontraron el cadáver y revisaron su casa, la plata no apareció por ninguna parte.
Eso hace indicar que no solo fueron a por la motorina, sino por el dinero en efectivo, y ratifica la versión de algunos vecinos, quienes creen que detrás del crimen hay amigos o familiares.
A Alberto también lo golpearon salvajemente y luego lo apuñalaron, como para no dejar duda alguna de que muriera, y no hubiera casualidad de que quedara vivo y pudiera contar sobre sus asesinos.
Los vecinos fueron quienes lo encontraron en estado lamentable, la familia está consternada y pide justicia y el temor ha vuelto a rondar a los pobladores de Los Naranjos, Caimito, incluso Artemisa.
El Artemisa han ocurrido crímenes atroces en los últimos años, y algunos no se han olvidado, como el sucedido en Las Cañas, hace un par de décadas, o un poco más, donde una familia completa fue ultimada.
A todas estas, vale recordar, la policía apenas sale de sus cuarteles a perseguir a quienes protestan contra el gobierno, y nada más.