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¿Cómo llego a Estados Unidos la estatua de la Libertad?

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Por Datos Históricos

La Habana.- En el verano de 1885, el puerto de Nueva York vivió un día que ningún cronista olvidó. Un barco francés, la fragata Isère, apareció entre la niebla tras 27 días de travesía. No traía oro ni armas. Traía un regalo.

214 cajas de madera, con más de 350 piezas de cobre y hierro. Dentro de ellas, dormía desarmada una gigante: la Estatua de la Libertad.

Cada tornillo, cada placa, cada remache estaba numerado y embalado con precisión. Los planos, firmados por Gustave Eiffel, parecían instrucciones de un rompecabezas colosal.

Durante días, los muelles se llenaron de curiosos. Miles de neoyorquinos observaron cómo el monumento más grande jamás transportado cruzaba el océano… desarmado como un juguete de metal.

En la Isla de Bedloe, obreros e ingenieros comenzaron el ensamblaje bajo el sol del otoño. Mientras el cobre se unía al hierro, no solo construían una estatua: levantaban una promesa.

Cuatro meses después, el 28 de octubre de 1886, la Libertad volvió a erguirse frente al mar, sosteniendo su antorcha sobre el horizonte.

Aquel envío no fue solo una proeza de ingeniería. Fue una declaración de lo que la humanidad puede hacer cuando la ciencia, la voluntad y la amistad entre naciones se alinean.

La Libertad, literalmente, viajó por partes…pero su mensaje llegó entero.

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