¿CÓMO ERA LA MURALLA DEL ATLÁNTICO DE LA ALEMANIA NAZI?

Tomado de MUY Interesante

Ante el más que inminente desembarco de las fuerzas aliadas en las costas francesas, Hitler mandó intensificar el programa de fortificaciones y defensas de la llamada ‘Muralla Atlántica’ 

Madrid.- En diciembre de 1941, Hitler decidió acelerar el programa de fortificaciones de las costas atlánticas ocupadas por el Ejército alemán. Esa actitud defensiva parecía razonable a la luz de los últimos acontecimientos. Alemania acababa de declararle la guerra a los Estados Unidos, una temible potencia demográfica e industrial capaz de inclinar la suerte de la guerra. Por otra parte, el Ejército alemán mostraba señales de agotamiento en sus dos frentes: el ruso, con la frustrada conquista de Moscú, y el africano, con el repliegue de Rommel en la Cirenaica.

La Organización Todt

Hasta entonces, Hitler había encomendado a la Organización Todt la fortificación de los puertos y lugares clave de la costa europea (declarados Festung, fortalezas), así como la construcción de bases seguras para los submarinos. En esta y otras obras ciclópeas (como la construcción de enormes torres-búnkeres antiaéreas en las principales ciudades), la Organización Todt movilizó a más de un millón de obreros entre voluntarios, prisioneros de guerra y eslavos deportados del este del continente.

A partir del año 1942, la fortificación de la Atlantikwall se intensificó en todos los sectores propicios para un desembarco, en especial después de la frustrada intentona de los británicos en el puerto francés de Dieppe el 19 de agosto de 1942.

Fortificar con la debida premura unos cinco mil kilómetros de costa, desde Noruega a la frontera española, era una empresa titánica e imposible. En esa tesitura, la Organización Todt decidió concentrar las defensas en los lugares más probables en donde se podría producir el desembarco, especialmente entre Dunkerque y el estuario del Somme y muy especialmente el Pas-de-Calais.

• Baterías de largo alcance y grueso calibre como la de Longues-sur-Mer, compuesta de cuatro búnkeres y una casamata, destinadas a repeler el fuego naval. Algunas piezas procedían de naves desguazadas; otras se habían desmontado en las fortificaciones checas o en las líneas Maginot y Sigfrido que la evolución de la guerra dejó obsoletas.

• Defensas de corto alcance para atacar a las fuerzas de desembarco en su aproximación a la costa o en las mismas playas.

Las defensas de menor calibre estaban agrupadas en Stütpunkte o núcleos de defensa, compuestos por cierto número de casamatas vecinas (Wiederstandnester) que combinaban fuego frontal y enfilado para abarcar todos los posibles puntos de avance del enemigo. Estos búnkeres estaban conectados por medio de trincheras y pasadizos de cemento. Además, se instalaron casamatas de artillería de calibre medio, puestos de observación, artillería antiaérea, almacenes subterráneos y refugios.

Defensa de las playas

En noviembre de 1943, Hitler encomendó a Rommel la supervisión de estas defensas costeras. Después de reconocerlas, el mariscal comprendió que solo se podía vencer al enemigo en las mismas playas, impidiéndole establecer cabezas de puente.

• Pequeñas casamatas construidas de hormigón armado (Ringstanden o Tobruk) para las ametralladoras (tipo Vf58c), los morteros ligeros (tipo vf61a) e incluso las torretas de los carros polacos, franceses o rusos capturados en los primeros años de la contienda (tipo vf67c o Panzerstellung).

• Casamatas construidas de acero en forma de campana (tipo 40 P8) que se depositaban sobre una base de cemento y se sepultaban hasta un metro. Estaban equipadas con aspilleras para las ametralladoras.

En las propias playas, Rommel instaló diversos tipos de Panzersperren, obstáculos que impidieran el acercamiento de las lanchas de desembarco y vehículos acorazados:

• Fosos antitanque.

• Belgische Tor (“puertas belgas”): vallas de vigas metálicas soldadas combinables para formar barrera. Eran difíciles de apartar porque pesaban unos mil quinientos kilos.

• Tschechenigel (“erizos checos”), obstáculos antitanque procedentes de la frontera checa entregada a Alemania tras la crisis de los Sudetes, en el año 1938. Estaban formados por tres vigas de acero de metro y medio de longitud soldadas de manera que una de ellas quedara en punta.

• Wasserhinder: escollos formados por tetraedros de hormigón armado que estaban dispuestos bajo aguas someras y podían rasgar el fondo de las lanchas de desembarco.

• Hemmbalken: troncos apuntados hacia el mar reforzados por otros troncos menores en forma de trípode y a menudo equipados con minas Tellermine 42.

• Hochpfahlen: postes de diversos tamaños (conocidos como rommelspargel, “espárragos de Rommel”), muchos rematados por una mina o conectados a explosivos. También se instalaron postes de telégrafo minados en los campos adyacentes propicios para el aterrizaje de planeadores.

• Campos de minas, muchos de los cuales no llegaron a instalarse debido a la escasez de material (incluso la munición para los entrenamientos era muy escasa). Los principales tipos de minas utilizados fueron:

• Kustermine-A, o KMA, constaba de 75 kilos de explosivo sobre una base de hormigón con la espoleta instalada en un vástago de acero.

• Nussknacker mine (“mina cascanueces”) a partir de un proyectil de artillería.

• Balkenminen, varias minas terrestres sujetas a planchas de madera.

El plan de invasión aliado tuvo en cuenta estos obstáculos puestos por los soldados alemanes, ya que eran sobradamente conocidos gracias a las fotografías aéreas, y procuró contrarrestarlos desembarcando con las primeras oleadas de equipos de demolición que despejaron corredores seguros por los que avanzaban carros y tropas.