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La Habana.- La empresa estatal Unión Eléctrica (UNE) informó este viernes que el 43 % de Cuba tendrá apagones simultáneos durante el horario de mayor demanda en la tarde-noche con casi 20 horas sin fluido eléctrico en varias regiones del país.

La cifra no sería tan alarmante, si no conociéramos la forma de actuar del gobierno y su fama de mentir en todo. Pero quienes llevamos años lidiando con sus informaciones a medias, sus mentiras o sus silencios, sabemos que ese número puede ser falso.

Sabemos que los cortes son constantes y superan a veces las 20 horas diarias en varias zonas, entre ellas grandes ciudades como Santiago de Cuba y Holguín (este). Pero nadie se refiere a las horas que pasan sin servicio eléctricos los poblados más pequeños.

En La Habana, otrora protegida, según ellos por los hospitales y las misiones diplomáticas, ya alcanzan las 16 horas al día sin fluido eléctrico.

Todo esto se debe a la crisis energética en la isla, agravada desde mediados del año pasado y que, según el Gobierno cubano, es por la falta de combustible y el mal estado de las centrales térmicas, con décadas acumuladas de explotación.

Sin embargo, hace apenas un mes atrás, el presidente, el ministro de Energía y Minas y el director de la UNE aparecieron en el podcast del mandatario para mandar un mensaje esperanzador: «en julio casi todo estará resuelto».

Una cosa dicen los partes y otra es la realidad

Y, al parecer, se está resolviendo en los partes, en las informaciones de los medios, pero no en la vida real, porque la inmensa mayoría de los cubanos vive entre apagones enormes.

Hoy, sin embargo, la UNE, perteneciente al Ministerio de Energía y Minas, prevé para el horario pico en la tarde-noche de esta jornada una capacidad máxima de generación eléctrica de 2.135 megavatios (MW) para una demanda de 3.600 MW.

Esto supone, siempre según el parte de la entidad -en el cual no confío nada- un déficit (la diferencia entre oferta y demanda) de 1.465 MW y una afectación (lo que se desconecta realmente para evitar apagones desordenados) de 1.535 MW.

No olvidemos que es frecuente que los valores reales superen los pronósticos oficiales.

Actualmente, cinco de las 20 unidades de producción termoeléctrica (distribuidas en ocho centrales) están fuera de servicio por averías o mantenimientos. Además, 103 centrales de generación distribuida (motores) se encuentran fuera de servicio por falta de combustible (diésel y fueloil).

Las centrales termoeléctricas cubanas están en su mayoría obsoletas, tras décadas de explotación y un déficit crónico de inversión y mantenimiento; mientras que los motores están fuera de servicio por la falta de divisas del país para importar combustible.

Expertos independientes señalan que la crisis energética responde a una infrafinanciación crónica de este sector, completamente en manos del Estado cubano desde el triunfo de la revolución en 1959.

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