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Por Fernando Clavero ()
La Habana.- Pedro Medina, más conocido por «El Hombre de Edmonton», falleció este 21 de julio a los 74 años, dejando un vacío en el deporte que lo vio brillar dentro y fuera de la isla.
Medina, figura clave en los equipos Industriales en series nacionales y Selectivas, fue también uno de los peloteros cubanos más destacados con la selección nacional. Con la escuadra cubana conectó aquel jonrón en Edmonton, donde se ganó su icónico apodo.
Nacido en La Habana en 1951, Medina debutó en la Serie Nacional a principios de los años setenta y rápidamente se consolidó como uno de los receptores más sólidos de su generación.
Su brazo potente, habilidad para manejar pitcheos y liderazgo detrás del plato lo hicieron indispensable para Industriales, el equipo de sus amores, con el cual conquistó múltiples títulos y se convirtió en un ídolo para los aficionados capitalinos.
Su momento cumbre llegó en 1981, en Edmonton, al igualar con cuadrangular aquel partido que la escuadra cubana terminó perdiendo ante Estados Unidos y que le mereció el apodo de marras.
Tras su retiro, Medina dedicó años a formar nuevas generaciones de receptores en Cuba, compartiendo su conocimiento en academias y equipos provinciales. Su legado técnico y humano seguirá vivo en decenas de peloteros que aprendieron de su experiencia. «
Nos enseñó que ser catcher no era solo recibir pelotas, sino dirigir el juego», dijo el también receptor Ariel Pestano, uno de sus discípulos más notorios en unas declaraciones de hace un tiempo.
La noticia de su muerte conmociona a la comunidad beisbolera. La Federación Cubana de Béisbol lo describió como «un símbolo de dedicación y amor al deporte», mientras que fanáticos y excompañeros inundan las redes sociales con homenajes. «Era un gigante detrás del plato y una persona humilde. Cuba pierde a uno de sus grandes», escribió el exjugador Omar Linares.
Pedro Medina será recordado no solo por sus logros en el diamante, sino por su carácter afable y su pasión por el béisbol. Sus restos serán velados este martes en el estadio Latinoamericano de La Habana, escenario donde forjó su leyenda.
El juego perdió a un grande, pero su historia seguirá viva en cada lanzamiento que cruce el home.