Por Esteban Fernández Roig ()
Miami.- Soy radical. Yo no aceptó ningún cambio ni geográfico, ni político, ni deportivo, ni absolutamente nada producido por el maquiavélico cambalache castrista.
Para mi el Instituto de Güines sigue siendo el Instituto, jamás lo llamaré “Juan Borrell” y el destruido “Colegio Americano” nunca será para mí “Renato Guitart”.
Para mi el cantante favorito sigue siendo Roberto Torres, ni sé quien es -ni me interesa- Candido Fabré.
Ni le hago caso, ni le pongo atención, al béisbol cubano, ni sé los nombres de los actuales peloteros. Sigo fiel a Roberto Ortiz, Willy Miranda y Adolfo Luque. Y mis equipos siguen siendo los cuatro originales: Habana, Almendares, Cienfuegos y Marianao.
Me importa un bledo que los destruidos Centrales azucareros Amistad y Providencia se convirtieran en “Osvaldo Sánchez” y “Amistad con los pueblos”, a «Gómez Mena» le pusieron «Héctor Molina» y a «Merceditas» le llaman «Gregorio Arlee Mañalich».
Ni caso le hago a los que dicen que ya no soy de la Provincia de La Habana sino de la Provincia de Mayabeque. Sigo siendo habanero.
No acepto que ya no son seis provincias sino un montón nuevas como Artemisa, Cienfuegos, Villa Clara, Santi Spíritus, Ciego de Ávila, Las Tunas, Granma, Holguín, Guantánamo.
Mis artistas y cómicos son los que se exiliariaron y los que se quedaron, pero mantuvieron unas posturas dignas; los castristas como Ñico Rutina, si los mencionara sería para echarles con el rayo.
La avenida donde vivía llevaba el nombre de ‘Juan Rodríguez’ y jamás he aceptado que ahora es “la Calle 58 número 7305”. Vaya, le ronca.
Y yo no sé ustedes, pero en una Cuba libre me gustaría subirles la parada, renombrar las provincias y llamarles Vicente Méndez, Yarey, Tony Cuesta, Manuel Artime y Alejandro del Valle.
EN BROMA
Pero, quede claro, no apruebo a los exagerados miembros de mi “fan club” -como Manolo Amich y Eduardo Ayala– que quieren en una Cuba libre ponerle a la calle Pinillos “Esteban de Güines”…
