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El tesoro perdido de doña Bárbara (Francisca Vásquez de Carrillo)

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Por Hiram Caballero ()

Miami.- Quienes amamos la lectura hemos comprobado que, muchas veces, al volver a releer un libro, este toma un sabor distinto dependiendo de nuestras vivencias y circunstancias; como el vino, su sabor tiende a variar con los años debido a la madurez de quien lo lee.

En esta última novela, “Doña Bárbara”, los límites de la ficción y la realidad se difuminan en el alto Apure. Para muchos, es la figura de Francisca Vásquez de Carrillo (“Pancha Vásquez”) el personaje que inspira a Gallegos para protagonizar su obra.

Francisca Vásquez de Carrillo es un personaje singular: mujer de baja estatura, facciones toscas, cuerpo robusto y voz firme y profunda. Se ganó el respeto de todos los llaneros e inspiraba temor. Se decía que tenía pacto con el Diablo y que a ello se debía su gran fortuna y prosperidad.

Vivió en Elorza desde el siglo XIX y murió en los primeros años de la década de los 20. Uno de sus abogados fue el luego escritor Andrés Eloy Blanco, quien, se presume, le relató a Gallegos la existencia de Francisca Vásquez.

Sus hatos eran “El Menoreño” y “Mata de Totumo”, los cuales se encontraban a 25 km de Elorza. Era excelente jinete, se le temía por su gran puntería y su mal genio, además de su fama de hechicera.

“Doña Bárbara era una mujer trigueña, de baja estatura y poseía poderes misteriosos. Cargaba siempre un medallón en el pecho con dos palmeras cruzadas. Cierta vez le vendió un ganado a un señor, un tal Altuve, pero este no le pagó; se fue con el ganado rumbo a la selva de San Camilo, por donde llaman El Frío. Doña Bárbara lo supo y le dijo a uno de sus amigos, mientras rozaba con el filo de sus dientes el borde del medallón: «Ese señor no va a disfrutar del ganado, ya verá». A esa hora el hombre conducía sus reses por uno de los tupidos desfiladeros de la selva. Como su yegua no avanzaba le dio un manotazo en el anca. La bestia lo pateó y el hombre cayó muerto al fondo de una zanja profunda. El ganado no pudo ser recuperado…”

La muerte de Francisca Vásquez está sumida también en el mito. Se dice que un día salió de su hacienda acompañada de dos de sus peones hacia la Trinidad del Arauca, donde tomaría un vapor para ir a la civilización a tratarse una infección pulmonar. Llevaba consigo una gran fortuna. Sin embargo, en el camino, ordenó a sus peones enterrar las bolsas con monedas de oro y, seguidamente, los mató. Siguió su viaje sola y, muy enferma, arribó a la hacienda de su amigo José Natalio Estrada, donde murió.

Debido a su fama de hechicera, los habitantes del hato se negaron a darle sepultura en el camposanto, siendo enterrada en un lugar intermedio, donde se encuentra actualmente.

Nunca se ha encontrado el tesoro de “Doña Bárbara” y tal vez nunca se compruebe su existencia. Este está en esa zona ya indefinible entre la realidad y la leyenda.

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