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Por Redacción Deportiva
Buenos Aires.- Miguel Ángel Russo falleció la tarde de este miércoles en su domicilio en Buenos Aires, tras una prolongada batalla contra el cáncer que lo acompañó durante los últimos años.
El anuncio, hecho público por Boca Juniors mediante un comunicado oficial, expresó su pesar y afirmó que “Miguel deja una huella imborrable en nuestra institución y será siempre un ejemplo de alegría, calidez y esfuerzo”.
En sus últimos meses, Russo había estado con internación domiciliaria debido a las complicaciones derivadas de su estado de salud, y su cuadro se había agravado pese a los esfuerzos médicos.
La vida futbolística de Russo fue intensa y polifacética. Como jugador, desarrolló toda su trayectoria en Estudiantes de La Plata, donde disputó más de 400 partidos oficiales y levantó dos títulos nacionales: el Metropolitano 1982 y el Nacional 1983.
Con esos laureles labró una reputación de disciplina, juego táctico y carácter. Ya en la faz de entrenador desplegó un recorrido amplio: dirigió clubes en Argentina, Colombia, México, Perú y Paraguay, entre otros.
En Boca tuvo tres ciclos, y su nombre quedó asociado para siempre con la conquista de la Copa Libertadores 2007 y con los títulos nacionales ganados en 2020. Más allá del palmarés, su estilo de gestión —carismático, firme en lo táctico y humano en lo relacional— lo distinguió como una figura respetada entre jugadores y colegas.
Tras su muerte, las reacciones no tardaron en multiplicarse. Autoridades del fútbol argentino expresaron su dolor, y clubes como Peñarol y Millonarios enviaron mensajes de condolencias y reconocimiento.
En el entorno de Boca, el cuerpo técnico quedó momentáneamente al mando de sus colaboradores, y los partidos de reserva fueron suspendidos tras el anuncio. Los jugadores, algunos entre lágrimas, evocaron su liderazgo y sus enseñanzas.