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Los Mets en el filo de la navaja y en agonía por un boleto a octubre

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Por Robert Prat ()

Miami.- A falta de pocos días para el cierre de la temporada regular 2025, los New York Mets se encuentran en una situación de máxima tensión. El equipo, que alguna vez lideró la División Este de la Liga Nacional, ahora lucha por no despeñarse en la recta final y se aferra a la última posibilidad de acceder a la postemporada: el tercer y último comodín de la Liga Nacional.

Su destino no está en sus manos por completo, ya que compiten en un feroz mano a mano con los Cincinnati Reds, con quienes están empatados con un récord de 80-76. La presión es inmensa para una franquicia que cuenta con la segunda nómina más alta de las mayores (USD $340 millones) y que alinea al jugador más caro de la historia del béisbol, Juan Soto, y su contrato de $765 millones.

Para que los Mets se queden fuera de la postemporada, necesitan que se conjuguen varios factores negativos. Lo más directo sería que perdieran el desempate frente a Cincinnati. Los Reds tienen la ventaja particular de haber ganado el duelo directo contra los Mets esta temporada, por lo que, de terminar empatados, Cincinnati se quedaría con el boleto.

Además, los Mets deben evitar que otros equipos como los Arizona Diamondbacks, que están a solo un juego de distancia, los alcancen. Un tropiezo en su serie final contra los Chicago Cubs, combinado con victorias de Reds y Diamondbacks, sellaría su eliminación. Un colapso en estos momentos sería particularmente doloroso considerando la inversión histórica realizada.

Una segunda parte de temporada funesta

La racha de malos resultados en la segunda mitad de la temporada es la principal culpable de esta situación al borde del abismo. Después de un inicio espectacular que los llevó a tener el mejor récord de las mayores el 12 de junio (45-24), el equipo sufrió un colapso pronunciado.

Desde esa fecha, su pitcheo abridor, que era el mejor en efectividad (2.79), se desplomó al puesto 24 (5.09). El bullpen, una de sus fortalezas iniciales, también se vino abajo, y adquisiciones clave para el cierre, como Ryan Helsley, han sido un fracaso. La ofensiva, a pesar de tener estrellas como Soto, Francisco Lindor y Pete Alonso, ha sido inconsistente, sufriendo tres seguidillas de derrotas de al menos siete juegos.

El calendario final no les deja respiro. Los Mets deben cerrar la temporada con dos series de tres juegos visitando a los Chicago Cubs en el Wrigley Field, y luego a los Marlins en Miami. Los primeros también busca asegurar su posición en la postemporada.

Mientras tanto, sus rivales directos tienen compromisos ligeramente más asequibles: los Cincinnati Reds se enfrentan a los Pittsburgh Pirates y luego a unos asegurados Cerveceros de Milwaukee. En tanto, los Arizona Diamondbacks juegan contra los Los Angeles Dodgers, quienes ya tienen el pase asegurado pero que luchan por la ventaja de campo, y luego ante Padres de San Diego.

Cada juego para los Mets es una final, y cualquier derrota podría ser fatal dependiendo de los resultados de sus perseguidores.

Si no clasifican lo de Soto sería un fracaso

Este escenario pone una lupa sobre la enorme inversión y las expectativas creadas. La adquisición de Juan Soto iba dirigida a competir por un banderín, no a sufrir por un comodín en la última semana. Según el «Índice de Presión» de ESPN, los Mets son el sexto equipo con más presión para triunfar en los playoffs, reflejando la frustración de una afición que esperaba mucho más. La posibilidad de un fracaso tan estrepitoso, a pesar de contar con el bateador más cotizado, generaría serias dudas sobre la construcción del roster y la gestión del equipo.

En conclusión, el camino a la postemporada para los Mets es estrecho y depende tanto de sus propios resultados como de la caída de sus rivales. Su destino se jugará en Chicago, donde necesitan al menos dos victorias y esperar que los Reds o Diamondbacks fallen. De no lograrlo, la temporada de los Mets, marcada por un inicio brillante y una segunda mitad catastrófica, será recordada como uno de los fracasos más costosos de la historia reciente del béisbol, una lección de que el talento individual, por muy caro que sea, no garantiza el éxito colectivo cuando fallan los pilares fundamentales del juego.

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