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Agotamiento crónico

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Por Eduardo González Rodríguez ()

Santa Clara.- Es un sinsentido, lo sé. Y las explicaciones pueden ser tan, o más absurdas, que la teoría terraplanista, que la nave extraterrestre disfrazada de cometa, o que la democracia cubana.

Primero, ocurre una protesta en Holguín por el agobio de los apagones y otras florituras menores como la inflación, la falta de agua, de alimentos y el cansancio cotidiano. Fatiga crónica, pienso yo, que es esa certificada patología que padecen los camioneros del primer mundo cuando se retiran del oficio.

Pues, nada, ocurre una protesta y según la primera secretaria del partido todo fue ok, hubo diálogo, intercambio de inquietudes y cada uno para su casa.

Claro, para que el mundo se enterara de que la cosa no había escalado a los niveles que esperaban nuestros enemigos, se hicieron los clásicos videos de «A esta hora, mi bella ciudad de Holguín tranquila como siempre.»

En el video se muestra una calle con luz y más sola que la soledad. Y aquí uno se dice, «¡coño, menos mal que no hubo jodedera y que por lo menos los funcionarios comprendieron que al ahorcado no se le puede quitar el derecho al pataleo!»

¿Y las persecuciones a quienes protestaron?

Pero no, he leído que este domingo hubo patrullas recogiendo al personal que protestó ayer en la noche, cosa que contradice lo que comentó la primera secretaria del partido. Parece que todo no estuvo ok, que en el intercambio de inquietudes -así se le llama oficialmente a las alocuciones de la gente que está hasta la madre de problemas- hubo algunos desacuerdos que no quiso compartir con los espectadores.

Digo esto, porque a la amiga que me compartió el post sobre las detenciones, le respondí (mierda de pensamiento lógico) que a esa hora la primera secretaria del partido estaría dando la orden por teléfono: «No toquen a esa gente. Es lógico que estuvieran molestos. Un país sin azúcar no es país, imagínense sin corriente».

Nada, habrá que esperar nuevas noticias. Noticias que, honestamente, puedo escribir yo mismo. Conociendo el perfil informativo que nos gastamos, es de esperar que los términos y conceptos a utilizar sean los aprobados por manual, pero no quiero pecar de pretencioso porque está claro que un analfabeto muerto de hambre como yo, por mucho que quiera, no va a influir absolutamente nada en lo que otros hayan pactado de antemano.

Perdonen que a esta hora escriba sobre este tema. Pero no hay corriente, cosa que desde hace un tiempo me impide trabajar en lo que debo y quiero. Así que mientras esté a oscuras van a tener que soportarme.

Ojalá no todos estén como yo. Lo digo de corazón. Esto es un poquito mejor que morirse. Pero un poquito nada más.

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