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Por Anette Espinosa ()
La Habana.- Al menos 50 personas permanecen a la intemperie tras el derrumbe parcial de un edificio en la calle Reina, entre San Nicolás y Manrique, en Centro Habana, ocurrido en la madrugada de este lunes. Los afectados, incluyendo ancianos y niños, durmieron en sillas, bancos y aceras por temor a que la estructura termine de colapsar, según testimonios recogidos por El Vigía de Cuba.
El inmueble, que antes de 1959 albergó la Cámara de Comercio China, arrastraba años de deterioro estructural sin intervención oficial. Una mujer de 75 años identificada como Magaly resultó herida al quedar atrapada bajo escombros y fue rescatada por vecinos.
Las 15 familias residentes esperan aún una solución de reubicación, mientras autoridades municipales se limitaron a una visita breve sin ofrecer alternativas concretas.
La Habana acumula 185.348 inmuebles en mal estado, según datos oficiales de 2021 citados por Cubadebate. De estos, 46.158 requieren reparación capital y 83.878 necesitan intervención parcial. La provincia, con 2,1 millones de habitantes, tiene un déficit de más de 43.854 viviendas para damnificados previos y otras 11.458 por crecimiento poblacional.
Este incidente se suma a una ola de colapsos recientes:
Vecinos denuncian que las autoridades tenían conocimiento del riesgo. «El Gobierno nos decía que no podía dar más viviendas aquí porque ya estaba evacuado antes. Los que quedábamos éramos considerados ilegales», declaró Carlos Milanés, activista comunitario. La falta de mantenimiento y la escasez crónica de materiales de construcción —agravada por la crisis económica— son factores clave.
La vulnerabilidad de las infraestructuras se exacerbó tras el paso del huracán Rafael (noviembre 2024), que causó daños en 77 viviendas, 21 escuelas y 7 hospitales en la capital. El Sistema Eléctrico Nacional, con frecuentes apagones, complica aún más las condiciones de vida.
A pesar de que el presidente Miguel Díaz-Canel ha expresado en redes sociales su «preocupación» por derrumbes anteriores, los afectados de este último incidente siguen sin recibir alojamiento temporal. Algunos damnificados exigen ser reubicados en hoteles vacíos como el Lincoln, pero la respuesta estatal se limita a promesas de «estudio del caso».
Conclusión: La Habana enfrenta una crisis humanitaria silenciosa donde 37% de las viviendas del país están en estado regular o malo. Mientras las familias duermen en la calle, la incapacidad estructural para resolver el déficit habitacional —estimado en 800.000 viviendas— apunta a un fracaso sistémico que cobra vidas y profundiza el éxodo de cubanos.