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Berlín – El exjugador de la selección juvenil alemana de fútbol Marcus Urban sigue esperando, incluso tras el fracaso de una salida del armario colectivo, que más futbolistas profesionales se atrevan a reconocer abiertamente su homosexualidad, como lo hizo él.
‘También hay parejas homosexuales en la Bundesliga, y muy agradables y muy encantadoras. Y quizás llegue algún día en que salgan del armario’, declaró el exjugador del Rot-Weiss Erfurt en un extracto de su libro ‘Mensch Fussballstar’ (Una estrella del fútbol humana), que saldrá a la venta el 18 de agosto, publicado hoy por el periódico ‘Bild’.
Urban, de 54 años, sigue considerando que las declaraciones homófobas son una de las razones de esta reticencia. Como, por ejemplo, las de Kevin Behrens.
El exjugador profesional del Wolfsburgo provocó un escándalo al negarse a firmar una camiseta con los colores del arcoíris y comentarlo con una declaración homófoba. Más tarde pidió disculpas.
Urban, que según sus propias declaraciones fue el primer futbolista profesional en Alemania en reconocer públicamente su homosexualidad, considera contradictorio que, a diferencia de los hombres, ‘ser lesbiana en el fútbol femenino ya casi no supone un problema’.
‘Muchas mujeres ponen los ojos en blanco y se aburren con el tema. Queremos conseguir el mismo aburrimiento entre los hombres. Que todo el mundo pueda decir: ‘Este es mi pareja. Este es nuestro hijo», afirmó Urban.
Muchos profesionales se han organizado en grupos de entre 20 y 40 personas, aseguró. ‘Pero eso es solo la punta del iceberg. Muchos son lobos solitarios, hacen lo suyo y aún no sabemos nada de muchos de ellos’, dijo el exjugador.
El año pasado, Urban organizó una salida del armario colectivo en el fútbol profesional. Pero el 17 de mayo nadie dio el paso.
‘Al final, nadie se atrevió. Todavía hay demasiadas personas en su entorno que les han desaconsejado hacerlo’, comentó.
Entre ellos se encuentran abogados de medios de comunicación, asesores y familiares que se benefician del dinero y la fama de los futbolistas y transmiten a los jugadores una pseudo-preocupación mal entendida, así como sus propios miedos, argumentó el exfutbolista. (DPA)