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Por Jorge Menéndez ()

Cabrils.- Ante la crisis económica que atraviesa Cuba, el gobierno ha decidido proyectar una imagen de sensibilidad social aumentando las pensiones hasta 4 000 pesos cubanos, cifra que equivale a aproximadamente 10 USD al cambio informal.

Sin embargo, esta medida resulta profundamente cínica si se considera que las mismas políticas estatales precipitaron la actual hiperinflación, dejaron los salarios sin respaldo real y permitieron el desplome de la industria por abandono y carencia de suministro eléctrico

Causas de la crisis

  • Políticas económicas erráticas que desencadenaron hiperinflación.
  • Salarios desvinculados de la productividad y la realidad de los precios.
  • Parálisis industrial por falta de inversión y problemas constantes de electricidad.
  • La zafra azucarera de este año alcanzó el nivel de producción más bajo de la historia.

Soluciones improvisadas

El gobierno propone ahora la instalación masiva de parques solares y sistemas de baterías como solución “milagrosa” al colapso del sistema de generación y transmisión eléctrica.

No obstante, instalaciones aisladas no pueden reemplazar plantas convencionales ni garantizar la estabilidad del suministro.

Impacto en el poder adquisitivo

  • Con las pensiones en 4 000 pesos cubanos, una botella de aceite de 1 litro (precio promedio: 1 200 CUP) consume casi el 30 % de los ingresos mensuales.
  • La turbina “Patana” más potente sigue fuera de servicio por falta de pago de mantenimiento.
  • El déficit eléctrico supera ya los 2 000 MW, a pesar de las promesas de “agosto sin apagones” como las del año pasado.

Contradicciones y desconfianza

  • Cuba no cumple sus obligaciones de pago con proveedores energéticos extranjeros.
  • GAESA acumula miles de millones de dólares en bancos foráneos.
  • El Banco Metropolitano ha implementado un sistema de tickets para retirar efectivo de los cajeros, mostrando su incapacidad para garantizar billetes.

Conclusión

Cuba vive un verdadero despropósito económico y social, consecuencia directa de un modelo de gobierno que no satisface las necesidades básicas de la población.

Estos hechos merecen ser objeto de estudio en las universidades de ciencias sociales: la gente lucha por salir adelante, pero no para morir de hambre.

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