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Por Carlos Carballido ()
No hay que ir a la universidad para observar a simple vista que el componente ideológico de demócratas y liberales en EE. UU. roza la enfermedad mental, o al menos una propensión hacia ella.
Pero como suelo hacer afirmaciones basadas en evidencias, me remito a estudios psicológicos serios. Desde 2017, estos estudios están advirtiendo sobre la inestabilidad psicológica de grupos sociales estadounidenses que abrazan las ideologías sostenidas por el Partido Demócrata. Aquí meto también a pseudo conservadores cuya alma es más roja que el Kremlin.
American Affairs Journal publicó un estudio realizado en adolescentes que se declaran liberales —especialmente las niñas—. Este estudio indica que presentan tasas significativamente más altas de síntomas depresivos en comparación con sus pares conservadores. Esta tendencia se intensificó durante el gobierno de Obama, a partir del llamado “Gran Despertar”, o teorías woke, como el feminismo radical, la reparación racial, la homofobia estructural y la ideología de género.
De manera similar, un estudio de PLOS One de 2025 encontró que 70 de cada 100 conservadores califican su salud mental como “muy buena”. En contraste, los liberales demócratas obtienen una puntuación de 60–65/100 y la califican solamente como “buena”.
Una encuesta del Pew Research Center reveló en 2021, estreno de la administración Biden, que el 62% de las personas que se declaran muy liberales informaron tener un trastorno de salud mental diagnosticado.
En cambio, los conservadores en ese mismo estudio evidenciaron que, a diferencia de los woke, solo el 26 % estaban afectados por algún trastorno psicológico. Una brecha de casi 40 puntos porcentuales.
American Affairs Journal sugiere que las ideologías liberales a menudo se centran en las desigualdades sistémicas. Esto puede fomentar sentimientos de impotencia, especialmente entre los jóvenes expuestos a estas ideas en las escuelas y en línea.
Un artículo de NeuroLaunch señala que el auge de las redes sociales y el periodismo de “indignación” desde 2012 se correlaciona con un aumento de la depresión entre los jóvenes liberales. Estos jóvenes son más propensos a interactuar con contenido politizado que destaca problemas sociales.
En contraste, la creencia de los conservadores en la meritocracia, la responsabilidad personal y un gobierno limitado —enfatizada por el estadístico Nate Silver y el New York Post— puede promover un sentido de autonomía y resiliencia. Esto contribuye a una mejor salud mental.
Si ha llegado hasta aquí, piénselo dos veces: abrazar ideologías de tendencia liberal e izquierdista, como las que ha adoptado el Partido Demócrata, está demostrando cada vez más que lo único que hacen es construir sociedades enfermas.
Pero no se preocupe. La prensa y las redes sociales se encargarán de hacerle creer lo contrario. Su libertad, entonces, dependerá solo de usted y de aplicarle análisis crítico (no emocional) a todo lo que vea.