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Madrid.- El Barcelona ha iniciado un expediente disciplinario contra su capitán, Marc-André ter Stegen. Esto ocurre después de que el portero alemán se negara a firmar el consentimiento para que el club remita su historial médico a la comisión médica de LaLiga, según confirmaron fuentes del club.
Esta decisión del guardameta bloquea la posibilidad de que el Barça utilice hasta el 80% de su salario para ajustarse al ‘fair play’ financiero. Así podrían inscribir al nuevo fichaje Joan García.
El conflicto estalló durante el vuelo de regreso de la expedición blaugrana desde Corea del Sur, donde el equipo disputó un partido amistoso contra el Daegu FC. Aunque ya habían recibido alertas previas desde Barcelona, la negativa formal de Ter Stegen ha generado malestar en la directiva. Esta es encabezada por Joan Laporta, quien había admitido en Seúl que la vía «más directa» para registrar refuerzos pasaba por declarar la lesión del alemán como de larga duración.
El club mantiene en su agenda una reunión con el futbolista esta semana. En este encuentro, le expondrán las «consecuencias jurídicas» de su postura, ya que el Barcelona estudia presentar el informe a LaLiga incluso sin su autorización. Esto lo harían amparándose en posibles obligaciones contractuales.
Según fuentes internas, la entidad confía en que Ter Stegen «recapacite». Sin embargo, no descarta acciones legales si persiste en su negativa, algo sin precedentes en casos de baja médica en LaLiga.
Mientras, el Barça explora alternativas para inscribir a García y otros fichajes. Esto incluye el reciente acuerdo de patrocinio con la República Democrática del Congo o la venta de palcos VIP en el Spotify Camp Nou, valorados en 100 millones.
Ter Stegen, por su parte, mantiene que su recuperación tomará tres meses. Esta duración es insuficiente para activar la regla de lesionado de larga duración. Al contrario, el club insiste en que necesitará al menos cuatro.
La tensión entre ambas partes marca un nuevo capítulo en la ya compleja relación del guardameta con el club. En las últimas horas, esta situación ha desatado un debate entre aficionados y expertos sobre los límites de los derechos de los futbolistas frente a las necesidades institucionales.