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Por Reynaldo Medina hernández ()
La Habana.- No, cuando digo «Los otros», no me refiero a esa excelente película de Alejandro Amenábar estrenada en 2001, con la bella Nicole Kidman en el protagónico. Ojalá, sería mucho más agradable. En las dos publicaciones anteriores escribí, respectivavemte, sobre dos ministras, una de ellas ya ex. Pero no son raras avis en su entorno, más que excepciones son la regla. El Consejo de Ministros es una textilera. Tanta tela que hay que cortar. (Por supuesto, una textilera de los 80, cuando funcionaban los telares).
Han dado tanto de que hablar. De hecho, algunos(as) también ya son ex. Uno de ellos, era un poco más que ministro (de Economía), pues también era vicepresidente del órgano de gobierno. Basta recordarlo diciendo, con ese aguaje suyo típico de un guapo de barrio, que no se podía crear un mercado cambiario (de divisas). Se extendía en razones que parecían muy de peso… y unos meses después, informaba de la creación del susodicho. Este cambio estuvo apoyado por razones que también parecían muy de peso. ¡Qué clase de cara hay que tener para eso!
Todavía estamos esperando, como tantas otras veces antes y después, que nos digan cuáles fueron sus «errores» y qué «medidas» se tomaron con él. Por cierto, hace rato que hay un sustituto y la economía nacional no mejora.
También fue un vicepresidente del Consejo de Ministros quien dijo que los problemas de la agricultura eran porque «el banco ponía trabas». Así definía el no otorgar créditos a empresas agrícolas ineficientes, endeudadas, colapsadas económica y financieramente. Además fue el que propuso que la gente hiciera en sus casas estanques para «criar pescados».
¿Quién no recuerda a aquel pintoresco ministro de la Industria Alimentaria que hablaba de gallinas decrépitas y de kilómetros y kilómetros de «tripas», que iban a solucionar el problema de la comida? En su lugar trajeron a alguien del centro del país, que parece ser una cantera inagotable de cuadros. Sin embargo, la mesa del cubano sigue más decrépita que las tales gallinas.
Una ministra de Educación, que parecía inamovible por haber sobrevivido a tres administraciones, confundió sus funciones con las del negocio inmobiliario. Esto fue al parecer, según Radio Bemba, porque de información oficial nananina, (¡qué raro!, ¿eh?). Su sustituta tampoco ha logrado que las cosas en las escuelas vayan mejor.
Dejé para el final a «la joya de la Corona». En octubre harán tres años que nombraron a un nuevo ministro de Energía y Minas. Se supone que con el objetivo de mejorar el estado del SEN. Por extensión, también la generación eléctrica y la situación de los apagones. En lo único que ha sido pródigo este señor es en las promesas incumplidas.
Ya van tres inicios de año que, en medio de interminables apagones, explica que estos obedecen a reparaciones y mantenimientos programados. Esto con el propósito de asegurar más generación. Promete menos apagones para los meses de verano, un verano que nunca llega. Ni en julio ni en diciembre. Cuba vive en un eterno invierno ártico, pero sin la aurora boreal, y el siguiente año… lo mismo.
Pero en 2025 se ha excedido. En el circense escenario de la Asamblea Nacional del Poder Popular (ANPP), tuvo la osadía de decir que, aunque la situación seguía siendo muy difícil, habían disminuido las interrupciones del servicio eléctrico. Y lo dijo en días en que la afectación superó varias veces los records históricos. Esto al estar por encima de los 2000 MW.
Pero no hubo ningún robot-diputado que se parara y cuestionara sus palabras. Nadie dijo que eso sería quizás en la zona donde vive el ministro, pero que en el área residencial de sus supuestos representados los apagones eran de 16 y 20 horas.
Claro eso es imposible, porque la ANPP fue pensada, diseñada y constituida solo para aplaudir y aprobar por unanimidad. Como finalmente hicieron con el informe del ministro. Como días antes hicieron en la comisión en la cual la ya exministra de Trabajo y Seguridad Social dijo que en Cuba no hay mendigos. Aplaudir y aprobar por unanimidad, una y otra vez.
Mientras redacto estas líneas, una de las patanas que prestaba servicios de apoyo al SEN se aleja de Cuba. Esto debido a «razones financieras» (así se le dice ahora a no pagar). Mejor epílogo, imposible.