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Por Anette Espinosa ()
La Habana.- El Caribe no solo es sinónimo de playas cristalinas y arrecifes vibrantes, sino también de imponentes montañas que desafían el cielo. Desde la majestuosa Cordillera Central de La Española hasta los picos volcánicos de las Antillas Menores, estas elevaciones son tesoros naturales que combinan biodiversidad, historia y aventura.
Estas montañas son mucho más que elevaciones: son guardianas de ecosistemas únicos, testigos de historia y destinos para aventureros. Desde el volcánico Nevis Peak hasta el imponente Pico Duarte, cada una invita a explorar la diversidad geográfica y cultural del Caribe. ¿Listo para emprender el ascenso?
A continuación, un recorrido descendente por las 10 cumbres más altas de la región, cada una con su propia identidad y atractivo.
Ubicado en la isla de Margarita, este pico es el más alto del estado Nueva Esparta. Aunque modesto en altura comparado con otros, su valor ecológico es inmenso: alberga el Parque Nacional Cerro El Copey, refugio de especies endémicas y miradores con vistas panorámicas al mar Caribe. Ideal para senderismo y observación de aves.
Este volcán activo en la isla británica de Montserrat es famoso por sus erupciones devastadoras, como la de 1995 que enterró la capital, Plymouth. Aún emite fumarolas, recordando su poder geológico. Las zonas de exclusión contrastan con paisajes lunares y playas de arena negra, atrayendo a científicos y turistas aventureros.
La cumbre más alta de Trinidad, en el Parque Nacional Northern Range, está rodeada de selva tropical y cascadas. Es un destino clave para ecoturismo, con rutas que atraviesan bosques nublados y hábitats de especies únicas, como el colibrí endémico Coereba flaveola.
Dominando la isla de Santa Lucía, este pico volcánico está cubierto por bosques primarios declarados Reserva Forestal. Su ascenso es exigente pero recompensa con vistas a los emblemáticos Pitones y al mar Caribe. La biodiversidad incluye orquídeas raras y el loro autóctono Amazona versicolor.
Un cono volcánico activo en la isla de Nieves, envuelto en leyendas locales. Su nombre indígena, Oualie («tierra de aguas bellas»), refleja sus manantiales termales. El ascenso requiere guías debido a terrenos resbaladizos, pero ofrece aguas termales naturales al descender.
El techo de Puerto Rico, ubicado en la Cordillera Central, es accesible por carretera y senderos. Desde su cima se aprecia toda la isla, incluyendo el Observatorio de Arecibo (hoy inactivo). Su bosque circundante alberga especies como el guaraguao (halcón boricua).
Símbolo de la llamada revolución cubana (en las cercanías se refugió el tirano Fidel Castro), este pico en la Sierra Maestra combina historia y naturaleza. La ruta de ascenso pasa por el Parque Nacional Turquino, con bosques de pinos y ruinas de la guerrilla. Es el punto más alto de Cuba y un ícono nacional.
Famoso por los cafetales que rodean sus laderas, este pico es el más alto de Jamaica. El amanecer desde su cumbre es espectacular, con vistas a Cuba en días despejados. El café Blue Mountain, cultivado aquí, es uno de los más cotizados del mundo.
Segunda cumbre de La Española, ubicada en el Parque Nacional La Visite. A pesar de la deforestación en Haití, esta zona conserva bosques de pino y especies endémicas como el solenodón (mamífero en peligro). Su nombre proviene de una antigua silla de montar francesa encontrada en la zona.
El rey del Caribe, ubicado en la Cordillera Central, es un desafío para montañistas. Su ascenso de 2-3 días atraviesa bosques de palma real, ríos y el Valle de Lilís. Nombrado en honor al prócer Juan Pablo Duarte, su cumbre ofrece temperaturas bajo cero y vistas hasta el mar. Es el pico más alto de todas las Antillas y un orgullo dominicano.