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Doble rasero: YouTube borra 11 mil canales, pero protege la propaganda castrista

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Por Albert Fonse ()

YouTube eliminó recientemente casi 11mil0 canales vinculados a campañas de desinformación promovidas por los gobiernos de Rusia y China.

El informe, publicado por el equipo de análisis de amenazas de Google (TAG), identificó una red de cuentas utilizadas para manipular la opinión pública. Además, justifica violaciones de derechos humanos y refuerza el poder de regímenes autoritarios mediante narrativas cuidadosamente diseñadas.

La mayoría de estos canales operaban sin declarar vínculos oficiales, y muchos replicaban el discurso estatal camuflado en contenidos de actualidad, historia o cultura.

A pesar del impacto de esta medida, persiste una omisión evidente. Sin embargo, el ecosistema propagandístico de la dictadura cubana continúa funcionando libremente en la plataforma, sin que se apliquen los mismos criterios.

Canales como TV Caribe, Guerrero Cubano Hoy, Razones de Cuba, Canal Caribe, Prensa Latina, Cubadebate y La Mesa Redonda, forman parte de una red digital al servicio del aparato ideológico del Partido Comunista de Cuba. Junto a otros más disfrazados de contenido apolítico como La Familia Cubana TV o Destino Talk.

Canales leales al régimen con camuflaje

Muchos de estos espacios no se presentan como canales políticos. Aprovechan el formato de entretenimiento, farándula o “vida cotidiana” para insertarse en el consumo masivo, especialmente entre jóvenes cubanos dentro y fuera de la isla.

Evitan el discurso oficial directo, pero reproducen los mismos objetivos. Su propósito es blanquear la imagen del régimen, atacar de forma sistemática a voces críticas y reforzar una visión distorsionada de estabilidad, unidad nacional y progreso, completamente ajena a la realidad.

Al centrar su contenido en mostrar una Cuba “normal”, funcional y supuestamente feliz, diluyen la gravedad de la crisis social. De esta manera desvían la atención internacional de la represión y el colapso económico.

Los congresistas cubanoamericanos deberían exigir la eliminación de estos canales y muchos otros que funcionan como extensiones digitales del régimen.

Es fundamental que utilicen su influencia para presionar a las plataformas tecnológicas a aplicar con rigor sus propias políticas. Así evitarán que estos espacios sigan siendo herramientas de manipulación y desinformación.

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