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Por Loquillo Cubano (Facebook)

Dicen que la indignación dura poco y el humor cubano por suerte es eterno. Así que, antes de que la rabia se nos convierta en gastritis (o en úlcera, si eres jubilado y aún no te ha tocado la pensión de 4000 CUP), pongámonos al día con los datos “optimistas” que el gobierno cubano compartió —como quien lanza un ladrillo al mar y se queda esperando el chapoteo.

Empecemos por el dato más bonito: la tasa de mortalidad infantil aumentó a 8.2 por cada mil nacidos vivos. Y eso que en la propaganda aún dicen que la salud cubana es «potencia mundial». Si esto es potencia, no quiero imaginar el débil.

Pero hay más. Han nacido 6 738 bebés menos que el año pasado. Lo que sugiere dos cosas: o el pueblo ya no tiene fuerza ni para procrear, o han entendido que traer un hijo al mundo en estas condiciones es más cruel que decirle “hasta la victoria siempre, eres la continuidad” como canción de cuna.

La mortalidad materna subió a 56.3. O sea, parir en Cuba ahora no es solo un acto de amor, es un deporte extremo. Con suerte, si sobrevives, te dan una medalla… de cartón reciclado y una caja de fósforos vencida.

Más de 1.5 millones de personas viven en barrios vulnerables. ¿Y los otros 7,5 millones? Bueno, simplemente viven en Cuba.

El eufemismo del cumplimiento

De las 10 795 viviendas que se prometieron, solo se construyeron 2 382. Un 22% de cumplimiento. Que para los estándares revolucionarios es casi una victoria. Si esto fuera un examen, el MINED lo aprobaría con mención de “esfuerzo revolucionario notable”.

Y aunque parezca un chiste, el fondo habitacional creció un 0.1%, lo que significa que si alguien construyó una letrina con techo de guano, ya aparece como “unidad habitacional mejorada”.

¿Y la calidad de las casas? El 35% están en estado regular o malo, y el déficit supera las 805 mil. Pero tranquilos: mientras haya discurso, no hace falta techo.

La economía ha decrecido un 11% en cinco años. Pero eso es solo una cifra. Lo importante es que seguimos resistiendo. Sin dinero, sin pan, sin transporte, pero eso sí: con mucha “conciencia histórica”.

Y para rematar: la agricultura, ganadería y minería han caído un 53%. A este paso, lo único que vamos a cosechar son discursos, lo único que vamos a criar es rabia, y lo único que vamos a extraer es cansancio.

Como dijo algún burócrata con cara de almuerzo vencido: “hay un decrecimiento sostenido en la producción de carne y leche”. Claro, porque si se llega a caer de golpe, nos mata a todos.

PD: Cuando la pensión llegue a 8 mil pesos cubanos, me avisan. Mientras tanto, seguiré practicando el arte de hacer “una comida con la sombra de una cebolla”.

Porque si algo tenemos claro, es que en Cuba los datos dan miedo… pero el cinismo institucional da más.

PD: las cifras son las que ofrece el gobierno, especialista en ocultar datos para esconder la verdad. Así que pueden ser aún más alarmantes.

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