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¿Quiénes son los terroristas?

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Por SAergio Barbán Cardero ()

Miami.- El Movimiento 26 de Julio (M-26-7) fue el primer grupo insurgente de América Latina en institucionalizar el uso del terrorismo urbano como método sistemático de lucha revolucionaria, mucho antes que otros movimientos posteriores quienes fueron inspirados y entrenados por el régimen cubano.

Entre estos seguidores podemos mencionar a las FARC en Colombia, los Montoneros en Argentina o Sendero Luminoso en Perú.

El M-26-7 realizó el primer secuestro aéreo político del hemisferio occidental: un vuelo de Cubana de Aviación de Miami a Varadero fue forzado a aterrizar en la Sierra Cristal, territorio rebelde en Oriente, comandado por Raúl Castro.

Aquel avión se estrelló en la sierra; murieron 14 personas, entre ellas mujeres y niños. Hoy tienen miedo al mismo monstruo que ellos mismos crearon.

A continuación, algunos detalles de sus historias:

Atentado contra los almacenes de la tienda El Encanto

Lugar: La Habana
Hecho: Una célula del M-26-7 colocó artefactos incendiarios en varios pisos de los almacenes El Encanto. Ya se habían realizado intentos previos de sabotaje con bombas molotov, provocando incendios parciales y cierres temporales. Motivo: Consideraban a El Encanto un símbolo de la burguesía y el consumo capitalista.

Explosiones múltiples en centros de diversión en La Habana (1957-1958)

Ejemplo: Cabarés como Ali Bar, Tropicana y Montmartre fueron blanco de bombas caseras y petardos. Autores: Miembros del movimiento M-26-7, dirigido por Fidel Castro Ruz. Objetivo: Según los atacantes, eran lugares frecuentados por extranjeros, militares o “burgueses”. Consecuencias: Varios heridos civiles, turistas lesionados y fuerte impacto psicológico en la población capitalina.

Sabotajes en el cine avenida y otros cines habaneros (1957-1958)

Método: Colocación de bombas incendiarias y petardos durante funciones nocturnas. Resultado: Evacuaciones de emergencia, suspensión de espectáculos y pánico generalizado. Propósito: Interrumpir la vida cultural urbana y crear un clima de pánico y tensión constante.

Incendio de ómnibus y tranvías

Lugar: Ciudad de La Habana y Santiago de Cuba. Táctica: Lanzaban bombas molotov contra vehículos en movimiento o estacionados. Daños: Pérdidas materiales cuantiosas, temor entre conductores y pasajeros, y paralización del transporte público. Objetivo declarado: Afectar la infraestructura del régimen de Batista e interrumpir la normalidad ciudadana.

Ataque a la Estación de Policía de Marianao (1958)

Hecho: Lanzamiento de bombas molotov y granadas caseras contra la fachada y vehículos. Consecuencias: Incendio parcial del edificio, varios heridos entre los agentes y civiles, y fuerte represión posterior que recayó sobre la población.

    Estos hechos fueron reportados en la prensa local de la época, como Diario de la Marina, El Crisol o Avance. También han sido documentados en estudios posteriores sobre la violencia política en Cuba, como:
    The Pursuit of Freedom, de Hugh Thomas
    Guerra civil en Cuba 1952–1959, de Enrique Encinosa
    La contraofensiva estratégica, de Fidel Castro Ruz (donde incluso se glorifican muchas de estas acciones)

    Sobre el primer secuestro aéreo

    E 1 de noviembre de 1958, un avión comercial que volaba entre Miami y Varadero fue desviado hacia la Sierra Cristal, provocando la muerte de 14 personas. Fidel conversó con una sobreviviente y expresó, de forma cruda, cómo percibía estos actos: “Mira, el sabotaje es así, te tocó a ti y te tocó. Yo estoy ahora con una bomba en un cine y mi mamá llega y está ahí, pues le tocó a ella. Eso es lo que llamo yo sabotaje.”

    Este relato fue publicado en El Nuevo Herald, citando a la superviviente Omara González Rodríguez.

    Esta confesión de Fidel Castro no solo reconoce el uso del terrorismo, sino que presenta estas acciones como una herramienta legítima del arsenal revolucionario, sin importar las víctimas civiles.

    En ese mismo contexto, Fidel definió claramente el propósito del sabotaje y la distinción, más teórica que práctica, entre violencia guerrillera y terrorismo: “El sabotaje es otra de las terribles armas de la guerrilla; se puede paralizar ejércitos enteros… sin luz, sin agua… la moral de los enemigos va decayendo…” Y sentenció: “El terrorismo debe considerarse como factor valioso cuando se ejecuta para ajusticiar algún connotado dirigente de las fuerzas opresoras (…) pero nunca es aconsejable la muerte de personas de baja calidad (…)”

    Aquí se aprecia cómo Fidel Castro justifica el uso táctico de la violencia, incluyendo actos terroristas selectivos, aunque intenta marcar límites con respecto a la población civil. En la práctica, esas distinciones fueron puramente simbólicas.

    Mientras tanto, Humberto López sigue con sus chapuzas fabricadas para intimidar, amedrentar y sacar de la palestra pública a quienes les incomodan.

    Contra el terrorismo

    No comparto ningún método de lucha que ponga en riesgo la vida de inocentes. Pero el régimen debe saber que conocemos sus métodos de infiltración dentro de grupos opositores para fabricar acciones: verdaderas chapuzas que luego usan contra los disidentes.

    ¿Atentados en círculos infantiles, escuelas, hospitales? ¿Acaso no se pueden inventar algo más creíble?

    Durante las manifestaciones del 11J, ellos mismos fabricaron estos falsos reportes de supuestos ataques a círculos infantiles, escuelas y hospitales.

    Yo he recibido mensajes de supuestos “luchadores” con disposición para acometer acciones violentas. Se ponen a mi disposición y luego me dicen: “Tú sabes, la jugada está apreta’, no tengo ni para la leche de la niña…”

    Por supuesto, ahí termina de la conversación. Eso es para bobos. El que muerda, sabe que está embaucado. Esos son los metodos para incriminar a personas. Nunca pondré en riesgo la vida de inocentes, como sí lo hizo Fidel Castro.

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