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Por Ramón García Guerra ()
La Habana.- Sabemos que la precariedad laboral lleva a refugiarse en un mundo virtual o desconectarse de la realidad, algo que debilita los lazos comunitarios, y esto último, a su vez, debilita la organización que exigiría una mejora de las condiciones laborales.
Luego se sabe que el resultado es una sociedad más desigual, ansiosa y desconectada, donde lo que prevalece es el sálvese quien pueda y no la solidaridad.
Analicemos los tres momentos por separado.
1. El trabajo precario es el resultado de una situación económica y de un estado político que son adversos a la sociedad. El trabajo precario es un motivo de la ansiedad y la depresión y causa de problemas de salud mental.
También es algo que afecta la realización de proyectos de vida personal. Porque la lucha por obtener un trabajo precario erosiona la confianza entre las personas y el espíritu de cooperación en la sociedad. Luego en esa guerra los perdedores son estigmatizados y sufren de aislamiento.
2. La evasión digital del mundo o el repliegue hacia entornos virtuales conlleva una pérdida de la interacción cara a cara y eso reduce las habilidades sociales y la empatía, condición de posibilidad para la banalidad y las relaciones superficiales entre personas y colectivos. Las redes sociales son motivo de extremismos y reducen las posibilidades de diálogo entre las personas.
La adicción a la tecnología afecta la productividad, el sueño y la salud mental de las personas. Los mundos virtuales crean identidades no comprometidas con las realidades sociales y políticas de la sociedad.
3. La ruptura de los lazos comunitarios, ante todo, implica la pérdida de las redes de apoyo que acompañan a las personas en las crisis económicas, emocionales o de salud. La ruptura de los lazos comunitarios crea un vacío que al final es cubierto por un bienestar personal que se contrapone a la acción solidaria.
La falta de contacto cotidiano aumenta la sospecha hacia los demás (xenofobia, clasismo, etc.), haciendo que se debilite el sentido de pertinencia en una comunidad. Cuando eso sucede la capacidad de respuesta de la sociedad ante pandemias, desastres naturales o crisis políticas se reduce a extremos. Entonces es que la sociedad se ve desarmada.
Pensemos en hallar soluciones que no sean estadocéntricas.
Sugiero que cree un grupo de afinidad y que elabore un proyecto que dé solución a un caso concreto. Después de eso deben de enfrentar el mayor desafío, que consiste en lograr entender y hacer entender que la realización de los proyectos vida personal y colectivos pasa por la resolución de los problemas de la comunidad.
Debemos de reinventar las formas y mecanismos de sociabilización que hoy practicamos.