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Por Mauricio de Miranda ()
Cali.- Nunca he sido especialmente seguidor de la ópera francesa, más allá de algunas obras maravillosas, como Carmen (Bizet); Los Cuentos de Hoffmann (Offenbach); Manon (Massenet); Los Pescadores de Perlas (Bizet) o Dialogues des Carmelites (Poulenc).
Salvo estas, mis óperas preferidas son en alemán (todo Wagner, R. Strauss, Beethoven y La Flauta Mágica de Mozart).
También en italiano (Verdi, Puccini, Mozart, Bellini, Donizetti) y algunas en ruso (sobre todo Boris Godunov de Mussorgsky y Eugene Oneguin de Chaikovsky).
El barroco tampoco ha estado entre mis preferidos, aunque poco a poco me he acercado a Händel, sobre todo gracias a los fantásticos contratenores que ha dado esta época y que asumen los papeles que originalmente se escribieron para castrati.
Sin embargo, por casualidad, me he encontrado con una maravillosa colección de ópera y operetta francesa o en francés en CD producida por Palazzetto Bru Zane. La edición es impecable.
En lugar de las tradicionales cajas plásticas con un libreto incluido (que a menudo se reemplaza por sinopsis en las reediciones) han editado libros en inglés y francés con los libretos, sinopsis, reseñas de musicólogos, artículos de especialistas, y referencias históricas a la composición de las obras.
Además, las versiones y los estrenos, imágenes de los carteles originales cuando se estrenaron las obras, fotos de los intérpretes, así como las listas de los maestros de las orquestas y los coros.
Se trata de ediciones limitadas y numeradas, aunque en algunos casos han debido hacer una segunda edición que ya no viene numerada. Un verdadero lujo.
He accedido a obras totalmente desconocidas para mí e incluso algunos compositores desconocidos, pero estoy realmente maravillado por la excelente interpretación musical.
Conocía a pocos de los cantantes que interpretan los roles protagónicos. Pero con estos discos he podido conocer musicalmente a jóvenes valores de la lírica mundial.
Excelente que los franceses hayan decidido redescubrir obras de su repertorio operístico y musical de lo que ellos mismos llaman el «largo siglo XIX» (1780-1920). Un verdadero deleite estético.
Todo esto ha sido impulsado por la Fundación Bru que restauró un palacio veneciano y allí estableció Palazzetto Bru-Zane – Centre de Musique Romantique Française.
Es decir, este centro no está en Francia, sino en la isla de San Marco, perteneciente a Venecia, Italia. Y es que resulta interesante que algunos músicos italianos hicieron carrera en Francia y compusieron ópera en francés.
De hecho, la colección incluye obras de Spontini, Cherubini, Salieri y Sacchini, junto a otras de Gounod, Massenet, Meyerbeer, Lalo, Halévy, Saint-Saëns, Offenbach y otros mucho menos conocidos para mi como Hahn, Lelocq, Méhul, Hérold, Jonciéres, David, etc.
Lo que más valoro de esta colección es precisamente que las óperas que promueven -salvo algunas excepciones notables- no son muy conocidas, y lo que han tratado sus promotores es justamente su rescate.
Nota: Incluyo algunas imágenes del Palazzetto Bru Zane y de algunas de las maravillas que estoy escuchando poco a poco. Quienes lo deseen pueden ver algunas muestras de las grabaciones en YouTube.