Por Manuel García Verdecia ()
Holguín.- Pienso que mucho daño le ha hecho al desarrollo del análisis político la adopción de una postura preestablecida desde la izquierda o la derecha. Como se puede verificar en la historia del siglo XX tanto la izquierda como la derecha han sido responsables de numerosos crímenes de lesa humanidad.
Solo recuérdese los excesos de las potencias coloniales de derecha tanto en Asia, África o América Latina, así como los tratos inhumanos de la izquierda en los países socialistas y en otros donde el guerrillerismo, como América Latina, derivó en terrorismo y narcogobiernos.
Un analista socio-político honesto debe tener en cuenta que realiza un servicio a la humanidad para ayudarla a conocer y discernir sobre los procesos inciden en sus destinos y que, por tanto, su postura debe incentivarse no al servicio de partido alguno sino del ser humano, sus necesidades y aspiraciones. Por ello, un analista digno debe enarbolar el apotegma Aristotélico de ser amigo de Platón, pero más amigo de la verdad.
Hablo de esto porque encuentro una obnubilación generalizada acerca de la situación de los poderes mundiales. Se habla de imperialismo solo refiriéndose a los empeños de Estados Unidos. Sin embargo no se nota que China ha ido escalando una política colonial tenaz, si bien no a través de guerras (lo que le ha permitido no tener gastos accesorios), sino mediante la profusa y muy activa penetración comercial que han multiplicado sus riquezas y su control sobre muchos países de América y África.
El otro caso es el de Rusia. Esta ha enarbolado la posibilidad de un nuevo orden económico, pero en ese orden ella juega el papel del Big Brother, no solo por su riqueza en recursos sino por su potencial armamentístico. Solo hay que ver su invasión a Ucrania. Pueden darse mil razones de problemas en el interior de Ucrania, pero es algo que compete a los ucranianos, incluso decidir si quieren o no pertenecer a la OTAN (y no es que lo celebre, es solo cuestión de autonomía, como otros quieren pertenecer al BRICS y nadie los critica.
Evidentemente que las posturas de China y Rusia no tienden al multilateralismo sino a un protagonismo de cada uno por disminuir el control y los dividendos que han sacado los Estados Unidos por muchos años, así como por su contención a Europa y la OTAN. No nos engañemos, el mundo está muy lejos del multilateralismo.
No hay que dejarse engatusar no hay política ingenua. Cada cual tiene su agenda y por eso hay que centrarse en la independencia económica y política, sin dejarse persuadir por voluntariosos gestos de ciertos hermanos mayores que no buscan el mejoramiento de esos países sino la potenciación propia.
Por estos días, el afectuoso arreglo entre Trump y Putin, tomando a Ucrania como pastel a repartir, nos muestran una vez más que en política las ingenuidades se pagan caras. Así que, como dijo, Julius Fucik, “Hombres, estad alertas”.