Por Arturo Mesa (…de la serie (Los Atlantianos)…
Atlanta.- Ya aquel pequeñito me tenía cansado con lo del gambito Evans y le dije:
-Mira, a tu edad no necesitas estudiar aperturas, lo que tienes que hacer es concentrarte en la táctica, el medio juego, los planes, el final y resolver muchos problemas – y me miró con esa risa burlona de un niño de primer grado.
-¡Ah no! —replicó sin dar crédito a lo que le decía. El niño no era plan talento pero al parecer les había recitado la variante a varios entrenadores y al dejarlos impresionados no podía creer que yo le cuestionara la estrategia, ni su coonocimiento sobre el gambito Evans.
A pesar de no ser talento uno no se topa todos los días con un niño de seis años recitando variantes y novedades.
-Si eres fuerte –añadí—aunque salgas mal de la apertura, los sobrepasas en el medio juego y les ganas al final. Es más, te voy a hacer la anécdota del Ataque Marshal –y el niño, con la espontaneidad de los de su edad reaccionó:
-Yo me la sé. El ataque Marshal es la apertura que entrega un peón en d5 a cambio de ataque sobre el rey blanco –y sin que le dijera nada empezó a colocar las piezas negras en las casillas correctas.
-No, no –intervine–. No me refiero a la apertura, me refiero a la historia de esa apertura:
-Y pasé a hacerles la siguiente anécdota:
Mira, Frank Marshall era un jugador muy fuerte de los Estados Unidos y le ganaba a todo el mundo, pero resulta que en su misma época, surgió otro jugador también muy fuerte y que llegó a ganarle al mismísimo Marshal y se llamaba José Raúl Capablanca.
El Capablanca de esta historia era un jugador insuperable con piezas blancas y entonces Marshal preparó un plan para poder derrotarlo a partir de un sacrificio de peón que es el que tú conoces. Y como tú también debes conocer ese ataque es la peor pesadilla de las piezas blancas.
El aula se mantenía en silencio total.
¿Y qué pasó? Pues te cuento:
Luego de varios años, por fin le toca a Marshal jugar contra Capablanca y el cubano cae en la variante que le llevó años al americano preparar. Aquello no pudo estar más enredado porque cada jugada estaba increíblemente planificada por Marshal, tanto es así, que hoy, cien años después, los jugadores de las blancas buscan formas de evitar todo ese enredo.
Pero el genial jugador de las piezas Blancas fue encontrando recursos tras recurso en el escaso tiempo de la partida, hasta que logró emparejar y luego dominar aquello. Al final venció. Moraleja: el talento siempre se va a imponer por muy fuerte que estés en apertura.
Los ojos de aquello fiñes estaban más abiertos que los de un Jurel en un mostrador recién inaugurado.
¿Entonces -me pregunta el escolar- me concentro en el medio juego?
Medio juego – le respondo con certeza—y ya verás los resultados.
Al terminar la clase, y cuando ya estabamos recogiendo el salón, un entrenador se me acerca y me dice:
-Oye qué bonita está la anécdota esa. No la había leído. ¿Fue así?
A lo que le respondo:
-La verdad es que no tengo la más mínima idea, pero ese no me habla más del gambito Evans en lo que le resta de semestre.