Por Koldo Errando ()
Bilbao.- El café no es un grano, es una fruta. A pesar de que se le llama «grano de café», lo que estás moliendo para preparar tu café matutino no es en realidad un grano.
El café proviene del hueso (o semilla) de una fruta llamada cereza de café. Estas cerezas crecen en las plantas de café y cada una de ellas suele contener dos semillas en su interior.
Una vez cosechadas, las semillas se procesan, se tuestan y se convierten en el café que conocemos y amamos.
Este detalle botánico significa que el café se parece más a las frutas con hueso, como los duraznos o las cerezas, que a las legumbres, a las que pertenecen los verdaderos granos. La próxima vez que bebas un expreso, podrás impresionar a tus amigos (¿o tal vez molestarlos?) con el hecho de que técnicamente estás disfrutando de una bebida de frutas tropicales.