CUBA NECESITA PRESCINDIR DE LA REPELENCIA DE UN SOLO NOMBRE

CALVARIO DEL ÉXODO CUBANOCUBA NECESITA PRESCINDIR DE LA REPELENCIA DE UN SOLO NOMBRE

Carlos Cabrera Perez 

Majadahonda.- Gleyvis Coro Montanet (Pinar del Río, 1974) es una de las voces más auténticas de la poesía cubana contemporánea, quizá por su capacidad para convertir cada avatar en un verso jodedor y punzante; que son sus armas contra todo lo feo y despiadado y su manera de corresponder a su primer apellido, que viene del coronado y victorioso en la antigua Grecia, mientras que el materno huele a manigua burlona y a indianos catalanes evocando caderas y bembas de victrola.

Cuando no escribe versos, saca muelas y mejora cajetillas en un pueblo de Madrid, casi llegando a la provincia de Toledo, donde el Tajo y el Alberche se unen para ensanchar orillas, que es uno de los éxitos de esta mujer menuda y decente, acostumbrada ya a los errores con su nombre hasta en documentos oficiales, pero mejor que todo eso lo cuente ella, que posee la gracia guajira y el oído de Onelio Jorge Cardoso.

La poesía que he leído tuya es un cóctel de irreverencia, indagación, choteo y angostura; ¿cómo llegaste ahí?

Soy de ese borde del desfiladero, de ese mercado negro, burlón, vacilador, azotado por inconveniencias geográficas, generacionales, genéricas… Mi estilo no responde a un tránsito, ni es ningún mérito superior a la gracia natural y la picardía de mis vecinos guajiros, que son mis maestros.

Por imitación, aprendes a retratar, con la frase silvestre que cabe, el momento que te fastidia o da placer. Mis maneras de interpretar, responder o comunicarme son el reflejo especular de aquellos fangos, aquellos fuegos fatuos y filos.

Un mecanismo -que es de defensa- y funciona de maravillas para transmitir ideas. Y logra una comunión cojonuda con el lector, porque en estos tiempos -tan atropellados de un lado y vulgares del otro- la naturalidad engancha, la simpleza cunde y un coso poético que no exige postgrados ni inmersiones en la droga para ser compartido resulta muy provechoso en la poesía que, a fin de cuentas, bebe de la canción popular de toda la vida.

¿Fue el 11 J un poema homérico?

Lo del 11J con la poesía es contagio, brota de la belleza del hecho, de ser la primera expresión de libertad verdadera dentro de un país que llevaba más de medio siglo pastoreado en su expresión natural. Una población, sí, muy musical, muy emotiva, muy cuentista, muy infladora, muy autorreferencial, muy cobarde, muy dada a fijar con frases rítmicas lo que les estremece. Una población muy poética. Pero el 11J es mucho más que un poema de Homero o de quien quiera atribuírselo.

La Historia de Cuba necesitaba ese primer fenómeno despojado de la repelencia de un solo nombre, un solo hombre, un solo líder. Cuando algo de tal envergadura se da, nace con su propia épica y todos los ríos de tinta vertidos o por verter van a quedarse chiquitos, serán atrezo, virguerías sobreañadidas y nada trascendentales frente a la inmensidad que intenta fotografiar.

Los lunes, Gastón Baquero se llamaba Nicanor. ¿Cuál es el origen de tu Gleyvis?

Mi nombre se lo inventó mi madre, una mujer profundamente madura en la toma de decisiones. Ninguna moda la doblegó casi nunca, pero se dejó arrastrar por la onda estrafalaria del momento en Cuba: principios de los 70, explosión de esos nombres raros con i griega, en medio de un sistema que se propuso inventarlo todo de cualquier forma.

Creo que mi nombre es el único paso en falso que le vi dar a mi madre en todos aquellos años. En la práctica, la pobre, apenas le dio uso en efectivo. En casa -y para todos- yo fui siempre “Laniña”.

De los trabajos que paso en España con su difícil ortografía -nido de erratas en cada gestión legal y funcionaria- y de lo que les cuesta pronunciarlo a los españoles he escrito un poema y he grabado un vídeo. Pero a estas alturas del partido me da pereza llamarme de otro modo y resuelvo el foco de conflictos arriba descrito con la imposición de su apócope: Gley.

Finalmente, está la labor de la persona que hace su nombre, le imprime su sello, le concede valor, etcétera. Y está esa rareza o peculiaridad mía que invita a que la gente se esfuerce por escribirlo y pronunciarlo bien.

Naciste en 1974; año de la Revolución de los Claveles, muerte de Perón, Nixon dimitió por el escándalo Watergate y El Padrino II ganó el Oscar a Mejor película. ¿cuál es el recuerdo más persistente de tu niñez?

La voz de mi abuela cantando “Cuando allá se pase lista” en un sillón de tablillas blancas y azules.

When the roll is called up younder es un himno cristiano de la autoría de James Milton Black, que habla de la trascendencia del alma y la fe en la ruta de la vida hacia la muerte. Es un tema que suele versionarse al castellano con una desacertada música de fanfarria.

Mi abuela -que no cantaba nada bien- lo entonaba con un profundo sentimiento religioso. Mejorando incluso la versión de Johnny Cash, lo convertía en un verdadero himno de gloria que asocio a los orígenes de mi vida y a mi esforzada y sufrida familia, marcada por la muerte violenta y prematura de mi abuelo, la muerte -más prematura aún- de mi padre y las también prematuras enfermedades neurológicas de mis seres más queridos.

Mi niñez no fue nada fácil, marcada por la muerte trágica y la enfermedad crónica. Y aunque son escasos los recuerdos agradables que guardo de ella, siempre digo que fue mi escuela en eso de meterle guaracha a la tragedia.

¿Cuánto de poesía hay en la estomatología?

Hay muchísima. La estomatología es la rama de la medicina que estudia, diagnostica, previene y trata los asuntos de la cavidad oral que tanto influyen en la expresión lingüística de las ideas y permite ajustarlas a un ritmo, a una música o a una métrica para cazar y dar casa a los sentimientos más profundos o superficiales a través de la palabra pronunciada.

La boca y sus fantásticas estructuras vecinas son la matriz de la interpretación escrita y, por supuesto, caja de resonancias y vehículo para las emociones, pasarela en la materialización de los acentos, los gritos, los quejidos, la producción y el intercambio de saliva, la educación del gusto, la proyección del escupitajo, la entrada de lo que alimenta, la salida de lo que se necesita vomitar, puerta de emergencia en la respiración, reino de la mordedura, la succión, el soplo, el silbido, la mamada, atrio de la sonrisa y la carcajada, sustancia del beso, antesala de la sed…

Pocas entidades están más estrechamente vinculadas al génesis, la transmisión y al entrenamiento sistemático de la poesía.

¿Cómo te gustaría que fuera Cuba?

Libre.

¿Cómo te gustaría que fuera Hezpaña?

Me gustaría que fuera feliz conmigo. De ser posible, bastante más feliz de que lo yo he sido con ella.

¿Qué es lo que más te gusta?

Entre los gustos mundanos: tomar helado viendo series como Black Mirror o The Crown. Entre los mal llamados gustos profundos: leer, en voz alta, los ensayos de Brodsky.

Si pudieras diseñar tu casa, ¿cómo sería?

Hemos ajustado el diseño de nuestra casa a lo que podemos pagar con mi trabajo y el de mi pareja. Eso sí, la casa debía tener una buena ventana donde vaciar la vista. Y -bendito sea Dios- lo conseguimos.

Tenemos una ventana magnífica que mira hacia los campos de Castilla-La Mancha, en una zona que puede asimilarse como el culo del mundo, a donde fuimos a parar después de mucho desprecio padecido. Un verdadero estímulo para una familia que ama, funciona, disiente y se comunica en el más imperfecto cubañol.

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