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EL NAUFRAGIO DEL ORDENAMIENTO Y LA REGRESIÓN ESTADÍSTICA
Por Pedro Monreal (El Estado como tal)
La Habana.- La transición desde la euforia inicial del “ordenamiento” hasta su naufragio parece haber provocado una regresión en la estadística oficial para poder preservar la propaganda. Es el caso de la breve vida de los datos trimestrales del PIB.
En diciembre de 2020 la Oficina Nacional de Estadística e Información de Cuba (ONEI) publicó el primer informe con datos trimestrales del Producto Interno Bruto (PIB) en el contexto del inminente lanzamiento del “ordenamiento”.
En menos de un año fueron publicados cuatro informes, pero luego fueron interrumpidos abruptamente, “coincidentemente” con el reconocimiento oficial -a regañadientes- del fracaso del “ordenamiento” en octubre de 2021.
La publicación de datos trimestrales del PIB era un viejo reclamo de muchos economistas cubanos porque aún asumiendo imperfecciones en su medición, se dispondría de un indicador de seguimiento más ágil de la dinámica general de la economía.Los informes publicados contenían dos tablas: valor del PIB trimestral a precios constantes y tasa de crecimiento interanual del PIB trimestral (comparando con trimestre similar del año anterior). Incluía el PIB total y por actividades.
Los datos permitían a los especialistas calcular otro indicador que no se incluía explícitamente en los informes -la tasa de crecimiento de un trimestre en relación con el trimestre inmediato anterior- y que es muy útil para refinar el análisis de datos anuales.
Las dos tasas de variación del PIB (trimestral e interanual) reflejan tendencias similares, pero con ritmos distintos. Los datos interanuales indican un debilitamiento del crecimiento que comenzó mucho antes de la pandemia.
La estadística trimestral revela oscilación del PIB a corto plazo, pero sobre todo indica que el “ordenamiento” se frustró desde el primer trimestre de su aplicación y que el crecimiento de los dos siguientes trimestres fue incapaz de encarrilar el crecimiento interanual.
Fue tan alta la apuesta del gobierno cubano respecto al “ordenamiento» que en diciembre de 2020, pocos días antes de la implementación del programa, se pronosticó oficialmente para 2022 un crecimiento económico de entre seis y siete por ciento.La realidad demostraría que se trataba de un optimismo totalmente infundado. En octubre de 2021 se rebajó el estimado de crecimiento anual a dos por ciento y al final el PIB creció un magro 1,3 por ciento en 2021.
Una posible hipótesis sobre el inicio de la breve vida de los datos trimestrales del PIB de Cuba es que el entusiasmo inicial con el “ordenamiento” era compatible con estadísticas frecuentes que indicaran una recuperación asociada al “ordenamiento”.El aminoramiento de las contracciones interanuales del PIB en el tercer y cuarto trimestres de 2020 combinado con los primeros crecimientos trimestrales positivos desde 2019, alineaban el informe divulgado en septiembre de 2021 con un relato optimista.
Sin embargo, es razonable asumir que cuando se publicó el informe de septiembre con datos de 2020, ya el gobierno cubano conocía los datos del primer y segundo trimestres de 2021 que indicaban el contexto de estancamiento del “ordenamiento”.Una hipótesis adicional es que la posterior divulgación en noviembre de 2021 del último informe con datos del PIB en los tres primeros trimestres de ese año exponía una realidad negativa contraria al relato oficial de que se estaba “avanzando”. Fue el puntillazo final.
