Por Gretell Lobelle ()
Matanzas.- La gente no sabe lo que es sentirse violentada física y psicológicamente. Se puede tener empatía, solidaridad, pero saber… solo quien ha sufrido la vejación, impotencia, desamparo, indefensión del violentado por un poder, por alguien superior a ti sabe de lo que hablo. La violencia te tira en el hueco más oscuro de tu naturaleza humana.
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Yo solo apelaba a la importancia de una biblioteca abierta en las comunidades, espacios culturales, donde ese mismo ciudadano que vivía en un inmueble precario iba a estudiar o a leer y él me acusó de indolente porque el fondo habitacional de la Habana sí era una prioridad.
Salí de allí envuelta en llanto. La indefensión ante el poderoso provoca ira y dolor. Me gritó con un rostro transformado y descompuesto. Al día siguiente le dije a Leal que no iba más a una reunión del gobierno. Mis palabras textuales fueron «cuando quiera ver un monólogo voy a un teatro» y nunca más fui. Nunca fui moldeable, usable sí. Siempre te usan, y que Dios lo tenga dónde más le parezca.
Yo tuve suerte. Mis batallas dirigiendo a nivel provincial fueron más profesionales que de otro tipo. Yo me creía lo que hacía y aún me creo aquello a lo que le pongo alma. El señor dirigente, que primero fue de los elegidos del patriarca y después cagó tanto, fue tanta la mierda hasta que despuntó pintor y creo que no vive ni en Cuba. Para mí es de los ascos de hombres que mal distinguen la historia de esta isla.
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Esta isla nunca me ha servido. A mí me sirve una sociedad donde los hombres respeten y cuiden a sus mujeres. Este país lo sostiene la matria. Somos responsables y sostén de una sociedad demasiado jodida. Somos las madres las que han parido a esos hombres y esa parte duele.
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No tengo idea de cuál es el rumbo, tampoco sé si me interese mucho. Los feminicidios, el trato de hombres a diario en la calle, la violencia y reactividad en cualquier escenario de la vida pública de este país, es demasiado. Es demasiado un país donde se naturaliza la violencia como camino de control del pueblo y entre el pueblo, ese país no es un país, es una abominación.
Al margen de Meta: no comparto unos textos tirados en un montón de textos. No me digan los perfectos y decentes, yo soy una indecente.
