Por Esteban Fernández Roig Jr.
()Miami.- Sí, solo aspiro a una Cuba libre, donde sobre la comida, el agua potable, sin apagones y elecciones verdaderamente libres.
Empleos bien remunerados, cursos intensivos de moral y cívica.
Derechos humanos, libre salida y entrada al país, higiene, reconstrucción y liberación de todos los presos políticos.
Apertura de restaurantes, bodegas, tiendas, farmacias y que la nación se inunde de alimentos, ropa, medicinas.
Facilidad a cubanos exiliados y extranjeros para levantar empresas, fábricas y negocios.
Que la Sherwin-Williams lleve la pintura para embellecer las viviendas, fábricas de cemento, que los Gaviña llenen a Cuba de café La Llave, que se abarroten los estantes de productos Goya.
Que en cada una de las seis provincias se abran cientos de McDonalds, Burger King, Pizzas Dominó,
Sucursales en toda la nación de los Restaurantes Versailles, La Carreta, Islas Canarias, el Colmao de L.A, Porto’s, Floridita.
Desmantelamiento de las actuales Fuerzas Armadas y ser sustituidas por patriotas anticomunistas.
Quemar el periódico Granma, el Yate Granma, la odiosa casa de Birán donde Lina se preñó, los edificios de las FAR, el MININT, Combinado del Este, Cien y Aldabó, Villa Marista.
Explotar el seboruco donde están depositadas las cenizas del monstruo. Absoluta libertad religiosa.
Viajes de una sola vía para Siberia a todos los que no quieran vivir en una Cuba libre.
Evitar la chusmeria, las faltas de respeto, las groserías, desintoxicar a la nación de ideas marxistas-leninistas e inaugurar cientos hospitales, de nuevas escuelas y boticas llenas de antibióticos y fármacos.
Celebrar un Nuremberg que condene a los grandes culpables de la debacle de Cuba.
Y que todos los cubanos de buena voluntad podamos darnos un fuerte y fraternal abrazo.
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