Por Rafael Muñoz
Berlín.- No soy cristiano (ni nada que tenga que ver con dioses, santos o talismanes). Para guiarme prefiero un GPS. Pero mi lejanía de las religiones no me impide reconocer el derecho y la influencia de las estas a la historia universal. Para bien o para mal están ahí y eso no va a cambiar. Gracias a sus practicantes tenemos Calendario, conocemos la literatura , ciencia y filosofía guardada con celo y a riesgo de sus vidas por los monjes medievales. Y muchísimas otras cosas de uso diario. Gracias a esos monjes tenemos hoy cervezas magníficas, por ejemplo.
El 24 de diciembre celebran los cristianos no otra cosa que el nacimiento de Jesús, según su mitología. Nosotros, los no cristianos somos invitados a esa celebración, tratar de cambiar el nombre con el objetivo de no sentirnos ofendidos es ofender a nuestros anfitriones, ofender a mil 200 millones de cristianos en el mundo. Tomarnos la celebración para ellos y negar que la más grande religión del mundo por número de practicantes existe. Por supuesto es una fiesta, es una celebración, en ningún caso obligatoria. Si te ofende el nombre puedes volver a la oficina o la fábrica y no tomarte los días que gracias a los cristianos, puedes quedarte en casa descansando o celebrando.
Prueben los «Progres» a cambiar el nombre del “Ramadán” por «felices fiestas» o algo que no ofenda su sensibilidad y después nos cuentan. Si están en condiciones de contar, claro.
Por suerte, esa talla no ha llegado a Alemania. Trabajo en una empresa mayoritariamente turca, donde menos yo y dos más, todos son musulmanes. Gente respetable y que respeta las tradiciones de la religión que sea y como tal han celebrado Navidad con arbolito, Papá Noel o (Nikolaus como se llama aquí ) y todo lo que lleva.
¿Y el 31 de diciembre?
El último día del año es otra celebración católica en Alemania, toma su nombre de un santo. Para los católicos, el 31 de diciembre es la fiesta conmemorativa de San Silvestre, quien fue obispo de Roma y, por tanto, sucesor del apóstol Pedro.
“Silvester” le llaman todos y en la calle te preguntarán qué vas a hacer en Silvester no en noche vieja o el 31 de diciembre.