EL CASTRISMO HABLA DE SOCIEDAD CIVIL Y DERECHOS HUMANOS… ¡PA’ SU MADRE!

Por Anette Espinosa ()

La Habana.- El castrismo y sus alabarderos de la prensa le están dando toda la promoción posible al Día de los Derechos Humanos, tal vez por aquello de que una mentira repetida 100 veces termina por convertirse en verdad y porque de seguro aparecerá alguien que les crea su discurso ambiguo y ladino.

Dicen que la sociedad civil cubana -e imaginamos que sea el partido comunista, la federación de mujeres, los comités de defensa o hasta la asociación de combatientes, porque ellos no reconocen otras organizaciones- celebra el Día de los Derechos Humanos y reafirma todo lo conseguido a 76 años de la Declaración Universal de esos principios.

Es más, para sede de los festejos o la conmoración, escogieron el Pabellón Cuba, uno de los culturales de La Habana que aún sigue en pie, para que los activistas de las organizaciones sociales de Cuba -esas que mencionamos- que promueven y protegen los Derechos Humanos para todos, no como privilegios de élites como en otras naciones, aborden el tema, afirmaron los organizadores.

Hay que aclarar una cosa: cuando dice «no como privilegios de élite», excluye a la familia Castro, quienes son los únicos con derechos en el país, incluso con la posibilidad de tener suntuosos bares y celebrar fastuosos cumpleaños, como el de uno de los nietos, Sandro Castro, al que asistieron decenas de agentes encubiertos para evitar que ocurriera algún altercado.

Una nota de la desvencijada -literalmente hablando- agencia Prensa Latina, dice que «pese al complejo escenario económico, la presión del gobierno de Estados Unidos y la política de bloqueo, el país fortalece su marco jurídico y garantiza el pleno ejercicio de esos principios esenciales».

¿Cuáles son esos derechos y principios esenciales? Porque los derechos elementales de las personas: alimentos, techo, ropa, medicina y salud, además de la libertad, en Cuba no existen. Los de abajo no pueden disfrutar ni de esos ni de algunos otros que en el mundo son comunes, como el de movimiento, el de los medios de transporte, la telefonía, el derecho a un trabajo…

Sin embargo, Prensa Latina, cuya sede se cae a pedazos en la esquina de 19 y E, en El Vedado, dice que «los funcionarios y dirigentes de la sociedad civil cubana afirman que Cuba refrenda, en su Constitución, una mayor justicia social para todos e identifica la dignidad humana como derecho fundamental y premisa en la construcción de su sistema socialista».

Ese cable, que debe llegar a decenas de redacciones de medios en el mundo, tal vez sea utilizado para tergiversar la verdad de Cuba, para que alguno crea que la isla del Caribe es un paraíso para vivir, con todo garantizado, hasta la tranquilidad, cuando todos sabemos que es una mentira más grande que el nuevo hotel que construyeron en 23 y K.

Este párrafo que sigue es la prueba fehaciente de que los gobernantes cubanos perdieron la vergüenza: «desde la perspectiva cubana, los Derechos Humanos no se limitan a la defensa de los derechos políticos y civiles sino también de los económicos, sociales y culturales».

¿Se puede mentir más deliberadamente? ¿Se puede ser más cínico? En Cuba no hay derechos civiles ni políticos, y tampoco económicos ni sociales, si acaso culturales y condicionados, como siempre a aquello de «dentro de la revolución, todo. Contra la revolución, nada».

El Castrismo, el castrocanelismo, el socialismo y todas esas variantes que se han vivido y se viven en Cuba no respetan ningún derecho humano. O al menos no el de la inmensa mayoría de la población, porque allí solo preocupa que los Castro vivan bien. Esos son los únicos que tienen derechos.