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LA AMORALIDAD DE DÍAZ-CANEL

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Por Carlos Cabrera Pérez

Majadahonda.- Un asesor del presidente Miguel Díaz-Canel, que además es su hijastro, ha sido cazado por la prensa española vacilando en Madrid con la actriz Ana de Armas, cuando el pueblo cubano está siendo machacado inmisericordiamente por la represión comunista, el hambre y los apagones kilométricos.

Manuel Anido Cuesta, hijo de Lis con su amante primero, ha sido captado por la legendaria revista Hola, decana española de la llamada prensa del corazón, besándose y paseando por la capital española con la estrella de Hollywood Ana de Armas, que nació en Cuba.

Quien imita fracasa y Díaz-Canel imitó, con su hijastro, el comportamiento del general Raúl Castro Ruz con su nieto Raúl G. Rodríguez Castro, quien lo acompaña desde su más tierna infancia; al menos el Cangrejo cuida de su abuelo; mientras que el retoño de Lis acaba de tirar por el balcón a su dadivoso padrastro.

Los amores entre dos personas son solo de su incumbencia personal, pero, ¿con qué dinero viajó el asesor presidencial a Madrid y por qué motivo, que no sea el llamado de la pasión? ¿Le permite su sueldo de asesor presidencial cubrir los gastos de vuelo y alojamiento? Ya tienen tema para investigar los elegidos reporteros de la prensa estatal; favor no confundir con la mayoría sufrida de periodistas cubanos.

En política, incluso en las dictaduras totalitarias, las formas son importantes y, el paseo romántico de un asesor presidencial cubano por Madrid es un insulto a la sensibilidad humana y confirma la terrible mediocridad de quienes desgobiernan Cuba.

En un país democrático, todos los implicados en este escándalo están obligados a ofrecer explicaciones, ofrecer disculpas y hasta dimitir; lamentablemente, no es el caso de Cuba, donde la mentalidad de finquita privada y aquí hacemos lo que nos sales de los cojones ha destrozado a la nación y a un pueblo noble.

Si Díaz-Canel tuviera un átomo de vergüenza, destituiría a su hijastro, publicaría una nota sobre su actitud escandalosa y pondría sus cargos a disposición de la Comisión Militar del Buró Político, pero ya saldrá alguno diciendo que el fotógrafo es de la CIA o que no se trata del niño de Lis Cuesta, sino de otro que se le parece mucho.

La inmadurez es pecado humano, la inmoralidad de quien consiente y promueve comportamientos alejados de la ética son de exclusiva responsabilidad personal y, en el caso de gobernantes, es una grave falta, con posibles derivaciones judiciales.

¡Qué republiquita es esa, compañeritos y compañeritas del pan con na’! Y aún tenemos algunos que vinculan el problema de Cuba a la doble moral, cuando resulta imposible tener algo duplicado cuando se carece de ello, es decir, cuando la amoralidad corroe a la dictadura más vieja de Occidente y a sus más connotados cargos como el presidente y el primer ministro, que es otro corrupto, con ínfulas de charro cantarín y piscinero, que estos días anda desvelado por la auditoría en la empresa del turismo ITH.

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