
YASMANI, EL LUCHADOR
Por Josep Serra
La Habana.- Una hora antes de la pelea entre Yasmani Acosta y Mijaín López, en Agramonte, Jagüey Grande, se fue la corriente. No supe si vino rápido o todavía hay apagón, aún así, en ese pueblito no pudieron apagar las ganas de ver a Yasmani colgarse una medalla dorada. Hasta una página en Facebook llamada Agramonte City y con 3 700 seguidores, le dio una arenga previa a su ídolo: “Eres grande entre los grandes. Gracias, campeón, tu pueblo te quiere”.
Lamentablemente, el muchacho nacionalizado chileno no pudo subir a los más alto. Estaba enfrentando a una mole, un tipo que -nos guste o no- es una leyenda.
Quien sí lo vio ganar fue su madre, esa luchadora que nunca perdió de vista a su hijo, ni cuando Yasmani decidió quedarse en Santiago de Chile hace casi 10 años.
Los primeros meses del subcampeón olímpico en la capital chilena fueron muy duros. Sin pasaporte, indocumentado y con la prohibición de entrar a Cuba por tiempo indefinido. Solo Yasmani sabe lo que sufrió. Estuvo dos años sin entrenar, trabajando de Seguridad en Hoteles y centros de eventos capitalinos.
Durmió las primeras noches en un motel, hasta que el presidente del Comité Olímpico de Chile se interesó en su palmarés y le pidió a la dictadura castrista la liberación del gladiador. A partir de ahí, todo cambió para el muchacho de Agramonte, quien todavía debe tener fresco cuando viajaba a entrenar de Jagüey Grande a La Habana en la guagua de los enfermos o con amigos porque no tenía dinero.
Chile acabó con ese atraso. De hecho, una vez arribe a Santiago, el cubano tendrá en su cuenta corriente cerca de 45 mil dólares por la plata olímpica, digno reconocimiento a alguien que ha puesto de pie a un país con sus meritorios resultados.
Así lo dejó ver el mismísimo presidente de la República, Gabriel Boric. “¡Tremendo Yasmani en París 2024! Gracias por tu medalla de plata para Chile en lucha grecorromana. Sabemos de tu esfuerzo y trabajo para llegar a donde estás. Felicitaciones, ¡cra!”
Todo muy diferente al reguero de ciberclarias alabando a Mijaín López. Gente chea, de estómagos vacíos y cabeza hueca capaces de soltar etiquetas estúpidas como esta: #mijainestaen26.
Yasmani Acosta lo entendió todo. Desde el 2015. Ahora, con 36 años, todavía le queda camino. Los 130 kg de la lucha grecorromana están vacantes y Yasmani es un serio candidato para ocupar la plaza. Ojalá y pueda alcanzar un oro olímpico. Lo merece. Por muchas cosas, pero sobre todo, por luchador.