
Y NO ES EL FIN…
Por Oscar Durán
La Habana.- Traté de no llegar a este nivel, lo evité como ustedes no son capaces de imaginarlo, sin embargo, hoy llegó mi día. Bastante demoré, la verdad. Hay quien lleva meses o años cocinando en peores condiciones, mientras Lis Cuesta ahora mismo debe estar con su marido comiendo algo rico hecho a gas, en su morada contigua a la del embajador de Alemania en Cuba.
Es duro, señores, muy duro. Noviembre de 2024 cocinando con carbón y mi hijo mirando este nivel de desgracia. Se me acabó el gas, la electricidad no llega y la poca comida almacenada en el refrigerador está a punto de podrirse. La palabra exacta a esta hora de la noche es empingue; así, bien clarito. Y si quieres abandona la lectura, total, a estas alturas del play me da igual cualquier cosa.
Algún día van a pagar todo el abuso contra un pueblo indefenso, con miedo y bien manipulado. La justicia les va a llegar y quisiera verlos inclinados ante la masa sufrida, llena de rabia por tantos años de esclavitud. Esta gente de la cúpula no se merece la pena de muerte, yo los encarcelaría de por vida en una celda de tres por kilo donde no tengan ni baño.
¿Cómo un ser humano puede estar cocinando con carbón, cuando el mundo está tan adelantado? Tú que me lees desde Cuba, que ahora mismo tienes la cara llena de mosquitos y el celular casi sin carga: ¿hasta cuándo es esto, mi socio?
Hace poco la marioneta puesta por Raúl Castro decía que él era feliz en Cuba. A la cara se sigue burlando de nosotros. Vive dándosela de buen tipo y es el mayor singa’ o de este país. Pidiendo sacrificio y el hijastro viviendo en una mansión en España, paseando a la perra de Ana de Armas y vestido con su ropita marca Ermenegildo Zegna.
Hoy le dije a mi esposa que tengo miedo a ser feliz. No sé cómo ser feliz, solo conozco la infelicidad, más allá de la alegría que me da mi hijo. Demasiadas derrotas tengo a mis 38 años y esta de hoy -cocinar con carbón- no será la última. Cuando uno no ve la luz en este infierno, es porque aún quedan bastantes cabezazos por darnos.
¿Qué será lo próximo? Mi mejor amigo me lo viene diciendo desde hace rato: “nos vamos a comer entre nosotros”. Canibalismo le dicen por ahí.
Cabría preguntarse si habrá carbón para cuando llegue ese momento. Quizás nos comeremos crudos unos a otros porque el carbón del país sería exportado a España por compromisos de contrato. Y con todo y eso, no sería el fin de la sociedad cubana. Aquí estamos para seguir resistiendo y decirle a Limonardo: “pa’ lo que sea, Canel.”