PODER DE CONVOCATORIA

Santa Clara.- Hoy me reí al ver el noticiero, realmente la marcha que se hizo no pudo causarme otra cosa.

Recuerdo las convocatorias de antes a los desfiles y actos, donde las avenidas y plazas se abarrotaban, cientos de miles de ciudadanos que parecía que estaba todo el país.

Hubiera transporte o no, sin tener que obligar a las personas, se hacía por sentimiento, por empatía, por convicción, porque se creía en eso.

Hoy la marcha, con las tomas que hizo nuestra televisión buscando los “mejores ángulos”, se veía que era minúscula. Nada que ver con anteriores…

Lo que me dio gracia es que ayer se pasaron como 15 minutos explicando la cantidad de avenidas que se iban a cerrar, los desvíos del tráfico, las rutas alternativas de ómnibus y demás.

Después de ver la marcha, en mi opinión, con cinco o seis maestras de primaria, de esas que dicen: “se dan la manito para cruzar la calle” y se pusiera una a detener el tráfico en cada cruce, se resolvía.

Sin entrar en detalle que más de la mitad, sobre todo estudiantes, estaban obligados, como lo tuvo que hacer mi hijo al ser amenazado en quitarle puntos.

Me imagino para la próxima la hagan por las estrechas calles de la Habana Vieja, para aparentar multitud, y terminen en un acto en el pequeño patio de la Casa del Chocolate, dando dulces gratis a todo el que vaya como símbolo de premio.

Porque ya ni amenazas nuevas van quedando para lograr las asistencias, y las viejas están demasiado obsoletas.

Yo le sugeriría que el próximo desfile lo hicieran por video llamada con las ciberclarias que van quedando y utilizaran la Inteligencia Artificial para aparentar grandes multitudes, pero quizás ni eso sepan hacer.

Creo que aquí la frase que cabe es:

¡Vamos por menos!