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LAS SOLUCIONES LOCALES DE MIGUEL MARIO

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Por Oscar Durán

Las visitas “noresuelvennada” de Miguel Mario Díaz-Canel a los municipios volvieron por todo lo alto. Ya no salen viejas erizadas, ahora la tónica  es que la solución a los problemas del país dependen del desarrollo local, como si en Amancio, por ejemplo, hubiera petróleo y minas de oro.

De milagro no han salido con que los cubanos deberíamos ir practicando la ideología Juche, esa estupidez de los Kim en Corea del Norte, donde cada ciudadano está obligado a tener su propia autoconfianza económica.

No puedo con tanto, la verdad. Si Kim Jong-un se equivocara a la hora de lanzar un misil y cayera en todo el perímetro de la Plaza de la Revolución, millones de cubanos lo agradecerían enormemente. Todos los días es algo diferente con estos dictadores y no le solucionan los problemas al pueblo.

Resulta ser que en Camagüey hay una Unidad Empresarial de Base (UEB) llamada Acuinicú, dedicada a la captura, industrialización y comercialización de los productos de la acuicultura, “encaminada a elaborar este año más de mil toneladas de productos”. Increíble.

Posiblemente, esa noticia fue titular en el noticiero nacional, menos mal que hay un señor llamado apagón y ni las ciberclarias tienen corriente para ver tantas mentiras acumuladas en una hora.

Después de 66 años, se dieron cuenta de que la solución para encaminar la economía está en los municipios y no en el bloqueo. Si siembran una hectárea de yuca por cada mil habitantes, al cubano nunca le faltará el tubérculo en la mesa. No lo dije yo, por si acaso. Esos son los diálogos de Limonardo con sus habituales porristas.

A estas alturas nadie se puede tragar el tupe de que la Empresa Agroindustrial de Granos Ruta Invasora, de Vertientes, sembrará 15 863 hectáreas de arroz. Mucho menos se puede creer el supuesto desarrollo de la ganadería, los cultivos varios, la producción de alevines para la acuicultura, la conserva de frutas y vegetales y el procesamiento de productos cárnicos de dicha entidad. Mentira todo.

No le pueden garantizar a la población dos libras de arroz mensuales y andan inflando a las dos manos, como si el cubano fuera un niño de un año y medio. No sé hasta dónde vamos a llegar. Hoy me levanto, enciendo el móvil, y lo primero que veo es que en Minas se recoge papa agroecológica. Los años que llevo sin comer papa, y ahora la probaré agroecológica. Bravo, Canel. Es un chiste tu país, aunque la prensa cubana diga lo contrario. De hecho, han anunciado la noticia por todo lo alto y hablan de hito significativo en el desarrollo de la agricultura local. 

Estoy al hacerle caso a mi vecino Tito. “¿Por qué mejor no llegar a la Basa Naval de Guantánamo, decir que somos delincuentes convictos de Hialeah, a ver si nos toman presos? Allá dentro dan bocadito con jamón y queso, Coca Cola Light y nunca se va la electricidad. Es como si la Base fuera un país, y Cuba la cárcel”, me dice a cada rato.

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