LA CULPA NO ES DE ANA DE ARMAS
Por Valia Rodríguez ()
La Habana.- A ver, déjenme decirlo más claro para esos que todavía andan perdidos: El problema No es Ana de Armas. Anita -bella y exitosa- tiene el derecho de hacer con su vida lo que quiera, pagar por lo quiera, enamorarse de quien quiera, incluso pretender ser apolítica -aunque eso no exista. Ana de Armas no es el problema. Basta de escudarse en ella.
El problema, el desastre – al menos el desastre para esta cubana – es que la familia del Presidente de Cuba – al menos la familia reconocida, divulgada, involucrada en la política del país – No tiene el mismo derecho que Anita de Armas.
Y no tiene ese derecho porque son funcionarios públicos de un pueblo al que se le pide más sacrificio y más resistencia en cada discurso en medio de falta de alimentos, medicamentos, vivienda, apagones, falta de agua, falta de todo – incluso de esperanza.
No tienen ese derecho porque supuestamente viven de un salario que reciben por ser funcionarios públicos: un dinero generado por ese pueblo al que se le pide sacrificio. Un dinero que no es para gastar en viajecitos, romance y vida idealizada y frívola en el capitalismo brutal que critican.
No tienen ese derecho porque ese es el precio de ser quienes son y vivir en el país en que viven. Un país declarado por constitución socialista.
No tienen ese derecho porque para tener moral y pararse frente al pueblo a pedirle sacrificio y resistencia, no se puede tener el derecho de vivir como les de la gana, con un dinero que sale del pueblo o que se obtiene en nombre del pueblo.
No tienen ese derecho porque la familia inmediata del Presidente y cabeza del Partido Comunista, tiene que vivir consecuentemente con el sacrificio que el Presidente de ese país pobre y socialista debe hacer para ser digno y tener autoridad moral.
No tienen ese derecho cuando el país se debate en cómo sobrevivir y pagar deudas.
Y no me vengan a trivilizar este asunto, que de trivial e insignificante no tiene nada. Esta cubana sigue sangrando decepción y furia. Sangrando por un pueblo que sufre su día a día.