EL 18 QUE BRUMA
Por Jorge Fernández Era ()
La Habana.- Tocaba manifestarse, y por nosotros no sería: Jenny se fue a la Plaza por la mañana, Alina al Parque de la Libertad de Matanzas al mediodía y yo al Parque Central cuando caía la tarde, los tres ante los respectivos monumentos a quien más pensó en la dignidad de los cubanos, esa que se socava con jóvenes presos injustamente, o cada vez que la Seguridad del Estado nos impide ejercer derechos constitucionales.
Llegué a las 5:03 pm. Estuve allí hasta las 5:50. Los trece minutos que faltaron los empleé en no dejar ir la ruta 15, pues a tenor con lo dicho por el ministro del Transporte en el Palacio de las Convenciones, no pasará otra hasta mañana.
Y ya que transité por allí y toco el tema de los planteamientos en las sesiones de la Asamblea Nacional del Poder Popular: sería sano que alguna vez Esteban Lazo y los custodios del antiguo Capitolio explicaran a los electores por qué la sede de la ANPP se toma la atribución, a Aene Pepe y de manera «unánime», de no dejar circular por sus jardines.
Es un excelente motivo para una protesta, pues ni Machado, cuando lo construyó, obró tan castrensemente.
Coincido con Alina en que nuestros represores no son consecuentes con sus actos. Hoy les tocó ejercer la «tolerancia», tras varios días de amenazas y chantajes a posibles manifestantes. Al menos por esta jornada, declarada por la ONU como «Día de Mandela», dejamos de ser una distorsión.
