Enter your email address below and subscribe to our newsletter

CUBA, LOS JUEGOS OLÍMPICOS Y LOS DEMONIOS DE LA POLITIZACIÓN

Comparte esta noticia

Por Fernando Clavero ()

Madrid.- En plenos Juegos Olímpicos, el día anterior al combate entre Mijaín López y Yasmani Acosta, un miembro de la delegación oficial de la prensa cubana me preguntó sobre lo que pasaría en el colchón, y le dije que ganaría el de Herradura, pero que yo quería que lo hiciera el chileno de Agramonte.

No íbamos solos. Había un tercero en la conversación, y mi interlocutor montó en cólera y me preguntó que cómo era posible que yo, nacido en Cuba y que estudié y vivo en Cuba, podía desear que perdiera un cubano y que ganara alguien que no representa al país.

-Lo estás politizando todo. Estás contagiado con los ultras que están fuera -me dijo y le solté una carcajada en la cara.

-¿Politizar es decir quién quiero que gane? -le pregunté.

-Claro, porque te estás plegando a esos que quieren que a Cuba le vaya mal…

-¿Y qué tienen que ver mis deseos con la política?

-Los malos cubanos quieren que Mijaín pierda…

-Soy mejor cubano que tú, porque, al menos pienso por mí, y para mí es tan cubano Mijaín como Yasmani.

-Te has montado en el carro de los que dicen que Mijaín es un represor porque golpeó a uno en Chile que gritaba contra Cuba.

-No. Cada cuál sabe lo que hace. Y si el creyó que golpear a un infeliz que solo reclamaba la libertad de su país estaba bien, allá él. Tal vez algún día pague. Yo solo quiero que gane Yasmani porque se lo merece más, porque me representa más, porque es más valiente, porque hizo lo que muchos hubieran querido hacer, porque tiene unos cojones tremendos, y porque detrás de él no hay andamiaje de propaganda política alguno.

-¿Lo de Mijaín está politizado?

-Full. ¿Dime un presidente de este mundo que tenga a un ‘perro’ al lado de cada posible campeón para llamarlo por Whatsapp, y que siempre haya quien le dé visibilidad a esa llamada? El de Cuba no tiene otra cosa que hacer que estar atento a Mijaín o a cualquier otro medallista de oro para sacarle un filón, porque ya no tienen de qué agarrarse.

Al final, el colega periodista, que no amigo, no tuvo más remedio que cambiar la conversación, porque le estaba dando con todo. Y ahora, en mi escala madrileña, de regreso a La Habana me he puesto a revisar algunas cosas acontecidas en las últimas horas, declaraciones, recibimientos ridículos, como ese de lanzarle agua a la aeronave que llevó a la delegación de regreso y no puedo menos que horrorizarme.

De la mano, a una madre, a Cuba - Juventud Rebelde - Diario de la juventud  cubanaLas dos medallas olímpicas, las míseras dos preseas, que representan la peor actuación en 56 años, son un homenaje a Fidel Castro, supuestamente el padre forjador de todo, el santo creador, el benefactor único de todo lo bueno que ha pasado en Cuba. También a su nonagenario hermano, contrario desde siempre a cualquier actividad deportiva, incluso al actual mandatario, un anormal que solo ha sabido mandar a reprimir, y luego nada más, salvo justificar errores tras errores.

En las redes, la cohorte de defensores del régimen, muchos de ellos escondidos en perfiles falsos, hablan hasta por los codos. Uno de ellos, el vicepresidente de la Unión de Periodistas y diputado Francisco Rodríguez Cruz, hasta se ha dedicado a ‘poner en su lugar’ a los que cuestionan la actuación olímpica de Cuba.

El tal Francisco no es otro que Paquito el de Cuba, quien llegó a la vicepresidencia de la UPEC porque no había a quién poner. Le ofrecieron el cargo a más de 20 candidatos y ninguno aceptó. Y al final, optaron por darle las tres vicepresidencias a Bolivia Tamara Cruz, Juan Carlos Ramírez Hera y a él, que fueron los únicos que se prestaron gustosos.

Este señor se enzarzó en las redes en una disputa con un uruguayo, comparando los éxitos de Cuba en Juegos Olímpicos con los de Uruguay, como si fueran más importantes las preseas que lo que ocurre en los países, que la vida de las personas. Ya quisiera el tal Paquito que Cuba no hubiera ganado ni una medalla olímpica y nosotros viviéramos como los uruguayos.

Los títulos y las preseas olímpicos no son un medidor. Cuba es el país que más medallas tiene en América Latina y lo seguirá siendo por muchos años, y es ahora mismo uno de los más pobres de la región, tal vez solo por delante de Haití; es una de las poblaciones peor alimentadas, con el sistema habitacional en peor estado, con el gobierno más corrupto, con menos respeto y apego a los poderes y la ley, donde más se persigue al que piensa diferente, y de donde más personas emigran.

¿Cómo alguien puede, entonces, vanagloriarse de dos medallas de oro olímpicas y comparar al país con otro, en un intento baldío por sacar ventajas?

Cierto es que algunos politizamos, porque en la vida hay que tomar partido. O estás de un lado o del otro, pero el gobierno cubano politiza más, y en los últimos tiempos son más agresivos con las campañas, porque no tienen de qué agarrarse. Hay tan poco en Cuba para lavar la imagen de la llamada revolución que una medalla olímpica puede ser ahora mismo el único asidero.

Un amigo, incluso, me envió un mensaje hace unos días en el que me decía: «si no fuera por Mijaín y las vacunas contra el covid, no hubiera ilusiones». No le respondí. Lo de las vacunas contra el covid fue una mentira y lo de Mijaín una medalla más, merecida y punto. No merecía politizarla tanto.

Deja un comentario