Por Esteban Fernández Roig Jr. ()
Miami.- No sabía bailar. Nunca había bailado, me daba pena bailar. En realidad solo había visto bailar por la televisión a Rafael Bacallao con la Aragón y en el “Casino de la Alegría” a una pareja de bailarines llamados Ana Gloria y Rolando.
Observaba con admiración a Felo bailar y fracasé rotundamente tratando de copiar sus magistrales pasos de Cha cha chá.
Decidí que nunca bailaría hasta que de sopetón -proveniente del país vecino que tanto admiro- llegó el glorioso Rock and Roll. Y no lo niego que me encantó.
Inmediatamente me convertí en fanático del Rey del Rock el gran Elvis Aaron Presley.
Sin embargo, que va, si no lograba imitar bien a Bacallao muchísimo más difícil e imposible era lograr ni un solo de los contoneos de Elvis.
Y de pronto, escuché “Al Compás del Reloj” con “Bill Haley y sus Cometas” y por primera vez esa canción -y esa música- me hizo tirar (o creer que tiraba) 20 pasillos de Rock and Roll.
William John Clifton «Bill» Haley, nacido en Detroit el 6 de julio de 1925 y fallecido en Texas el 9 de febrero de 1981 fue ( para mi gusto) uno de los mejores exponentes del rock and roll, al popularizar grandemente este tipo de música teniendo hits con ventas millonarias como «Rock Around the Clock», «See You Later, Alligator», «Shake, Rattle and Roll», «Rocket 88», «Skinny Minnie» y «Razzle Dazzle».
Vendió más de 25 millones de discos en todo el mundo, más uno que me lo compraron mis padres. A Haley se le considera el padre del rock and Roll.
Y no se rían ni se burlen, cuando les diga que este Estebita, súper penoso para bailar, fue capaz -cuando exhibieron “Al Compás del Reloj” en el cine Campoamor de Güines- de encaramarme en una de sus butacas y bailar por más de 15 minutos.
