NOCHE DE WALPURGIS SIN LIBERTAD

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Por Jenny Pantoja Torres

La Habana.-  La noche de Walpurgis es una tradición de los pueblos del norte de Europa, asociada a la lucha contra las fuerzas del mal. Es la última noche antes del inicio del mes de mayo, mes de las cosechas, con las que se pretende asegurar el invierno.

Según estas culturas conocidas como paganas, las brujas, esas mujeres vinculadas a los elementales de la naturaleza: hadas, duendes, genios, enanos, se unían con estas fuerzas y provocaban la abundancia de la tierra para toda la comunidad. Luego, la historia del enfrentamiento de las brujas y magos contra la pobreza y el hambre como males, fue tergiversada; las colocaron a ellas mismas como portadoras del mal por el cristianismo que se expandiera por toda Europa; devino esta noche en enfrentamiento a las brujas y el diablo, cuando, en realidad, eran ellas las que defendían la prosperidad dada desde la tierra.

Trascendido como un día de enfrentamiento al mal, se considera que el lapso entre la puesta de sol del 30 de abril y el amanecer del día 1 de mayo, el diablo se enseñorea del mundo. Similar a un viernes santo en el que “Dios está muerto”, la noche de Walpurgis entraña un tiempo de liberación de las fuerzas del Mal. Al salir el Sol el día primero de mayo, las fuerzas benéficas restauran el orden gracias a la acción de las brujas y los elementales de la naturaleza.

El inicio del mes de mayo es mágico; en mi Cuba no lo es. El día 1, desde hace muchos años se “celebra” el día del trabajo convirtiéndolo en jornada de pleitesía y apoyo incondicional al Estado Cubano que insiste en seguir queriendo verse como un Estado protector de los intereses del pueblo, cuando sabemos que no es así. De hecho, en la opinión de esta servidora todos los términos están cambiados y en realidad es un Estado absolutamente lapidario y conservador que aplasta los más elementales derechos civiles y humanos. De jornada de reivindicación, el 1 de mayo ha devenido en acto de cuadratura “revolucionaria” donde la jaba, el puesto y la prebenda valen más que la dignidad humana.

En esta noche de Walpurgis, a las casi dos de la mañana, mi nombre fue vociferado frente a mi casa por la in-Seguridad del Estado, quien le dijo a mi esposo (yo no salí al portal), que yo no podía salir de mi casa ni hoy 1 de mayo, ni mañana día 2. Las causas, el porqué de esta detención ilegal no lo explicitan pues no muestran papel, orden ni documento alguno que avale la prisión domiciliaria por dos días de que soy objeto. Más de lo mismo.

Infiero que la medida que pesa sobre mí, repito, sin orden ni sanción alguna de juez y sin haber cometido delito alguno, debe estar asociada a mi oposición a través de las redes a la prisión arbitraria y más que injusta de que es objeto el periodista José Luis Tan Estrada, sobre el que tampoco se han pronunciado acerca del motivo de la detención. El caso de Tan Estrada llega a un límite que es insostenible. Ese solo caso bastaría para desbordar las calles pidiendo justicia. No brindan información a nadie en Villa Marista, donde está detenido, porque como no es de esta provincia y no hay familiares de él acá en La Habana, ellos alegan que no tienen que dar información a nadie.

Tan está retenido sin una instrucción de cargos, sin causa a más de 72 horas de su encarcelamiento en este centro de torturas. No tiene tampoco abogado nombrado ni quien lo represente legalmente por lo que está completamente desprotegido. Es precisamente un caso donde se aplastan los derechos constitucionales con total libertad por parte de los cuerpos represivos.

José Luis Tan no tiene delito como no sea no quedarse callado ante la injusticia, visibilizar la ineficiencia de un Estado que no resuelve los problemas de sus pobladores y que aumenta la masa de vulnerabilizados con nefastas políticas. La posición política de Tan Estrada, valiente y desinteresada, le quita, a los ojos del Estado cubano, toda igualdad y derechos, volviéndolo una persona que puede tirarse en una celda, cual siervo de la gleba.

Para el jueves yo tenía coordinada, desde ayer martes, una cita con una abogada para tratar a modo de consulta el caso de Tan Estrada con vistas a ver qué podía hacerse desde el punto de vista legal. El encuentro previsto para la tarde, iría centrado más en un asesoramiento para trazar estrategias que ayudasen a la liberación o defensa de Tan Estrada. Pero eso no debe ser porque ir a realizar una consulta en un bufete, por un caso de una o de otra persona, tampoco es delito. En todo caso estoy en mi derecho ciudadano. Así que debe “ser un error”.

Según la Constitución del 2019 en su artículo 13, inciso f, plantea que “el Estado debe garantizar la dignidad plena de las personas y su desarrollo integral”. En las disposiciones generales, capítulo 1, articulo 40 se establece “la dignidad humana como el valor supremo que sustenta el reconocimiento y ejercicio de los derechos y deberes consagrados en la Constitución (…)”. En el siguiente, el 41: “El Estado cubano reconoce y garantiza a la persona el goce y el ejercicio irrenunciable, imprescriptible, indivisible, universal e independiente de los derechos humanos (…)”.

Y el puntillazo final es el 42: “Todas las personas son iguales ante la ley, reciben la misma protección y trato de las autoridades y gozan de los mismos derechos, libertades y oportunidades sin ninguna discriminación (…) La violación del principio de igualdad está proscrita y sancionada por la ley”.

Por ende, si no he cometido delito alguno, si no tengo contra mí proceso alguno del que se me haya instruido, y esto está sucediendo es porque como diría el viejo G Orwell: “Todos los animales son iguales, pero algunos son más iguales que otros”. Les recuerdo que la prisión domiciliaria es una sanción penal de las nueve recogidas como sanciones principales. En este caso, la prisión domiciliaria es la cuarta, así como la limitación de la libertad es la séptima y en ninguno de los casos se aplica.

Una vez más, la libertad se hace jirones en un país donde los derechos humanos propugnados en la Constitución son pisoteados por los cuerpos represivos. La noche de Walpurgis en Cuba no es una sola noche, son todas las noches y los días que transcurren en esta isla desde hace más de sesenta años. Ya no hay fuerzas elementales a las que invocar.

“La energía orisa se ha ido de esta tierra” y no hay aché que despierte a este pueblo anestesiado de miedo y adormecido de indolencia.

Solo pienso en los versos de Byrne y en los muertos que alzarían los brazos para defender la tierra cubana. Los muertos, los tantos y tantos muertos sacrificados por esto que no es libertad, ni humanidad. Los muertos en vida que están exiliados dentro del país; los muertos en vida que fueron desterrados; los muertos ahogados; los muertos apresados; los silenciados. Los muertos que van como furias arrasando el aire y no nos dejan prosperar hasta que no hagamos todos algo: por ellos y por nosotros mismos. Es eso, o vivir en el Mal eterno de la noche de Walpurgis, sin amanecer.