PEDRO SÁNCHEZ, EL OLVIDADIZO

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Por Carlos Cabrera Pérez (Especial para El Vigía de Cuba)

Madrid.- El presidente del gobierno español, el socialista Pedro Sánchez, padece una amnesia selectiva, como demostró en su errática carta; amagando con dimitir el lunes por el inicio de acciones judiciales contra su mujer, María Begoña Gómez Fernández.

La carta, mal redactada; con déficits gramaticales y de puntuación, retrata a Sánchez como un fullero de la política; que lleva meses apagando fuegos por su empeño en aferrarse al sillón, en vez de haber acordado una coalición a la alemana con el Partido Popular, que fue el ganador de las últimas elecciones generales. Sería la mejor opción para España y coherente con el resultado en las urnas.

Si la acción judicial se basa en meros recortes de periódicos de “ultraderecha” y transcurre a iniciativa de un falso sindicato de idéntica ideología, ¿por qué el primer ministro español se toma cinco días sabáticos para reflexionar sobre su posible dimisión? A priori, resulta excesivo y -peor aún- una irresponsable dejación de funciones.

En su misiva, Sánchez comete otro acto fallido al asegurar que a veces se olvida que, detrás de los políticos, hay personas. De acuerdo, pero:

¿Por qué entonces llamó indecente a Mariano Rajoy en un debate televisado?

¿Por qué ordenó una guerra sucia contra Pablo Iglesias, líder de Podemos, que dejó de ser una pesadilla para el socialista y se convirtió en su vicepresidente?

¿Por qué ordenó filtrar un expediente de la Agencia Tributaria contra el marinovio de Isabel Díaz Ayuso, presidenta de la Comunidad de Madrid?

¿Por qué intentó enmierdar a la mujer y un hermano del presidente del Partido Popular, Alberto Núñez Feijoo, pese a que se negó -erróneamente- a citar a Begoña Gómez a la comisión de investigación del Senado sobre el mal llamado caso Koldo?

¿Cómo concilia sus acusaciones de extrema derecha contra Vox, un partido constitucional, y su camancola con independentistas y nacionalistas, que no se sienten españoles, pero cuya principal reivindicación consiste en cobrar puntualmente de España?

¿Son progresistas el conservador PNV y el huido Junts x Cataluña?

Pedro Sánchez, a Carles Puigdemont: «Y este referéndum, ¿cuándo tendríamos  que hacerlo?»Quizá para Sánchez, nuevo lector de Umberto Eco y su teoría del fango, solo hay seres humanos detrás de políticos de izquierda; detrás de los de derecha, solo hay fascistas indecentes.

Adolfo Suárez, Argelia y Fidel Castro

En la temba democracia española (47 años), solo ha dimitido un presidente de gobierno, Adolfo Suárez González, en 1981; que no necesitó cinco días para decidir lo que creyó mejor para España y no para él; que no es el caso de Sánchez, cayendo en el ridículo de asegurar que no tiene apego alguno al cargo, al que está prendido como el macao.

Dos días antes de la repentina reflexión sanchista, Francia entregó a la Audiencia Nacional española información sensible sobre el espionaje, mediante el programa espía Pegasus, de los teléfonos móviles del presidente del gobierno y de los ministros de Defensa e Interior; un asunto que data de 2022, cuando Argelia -excolonia que conserva fuertes lazos con París y un eficaz servicio secreto- reaccionó contra el viraje de España en el conflicto del Sáhara, que enfrenta a Argel con Marruecos.

Hasta que se conozcan mayores detalles y llegue el lunes 29 -ratón en la charada cubana- la jugada huele a Fidel Castro en julio de 1959, cuando protagonizó un simulacro de dimisión al cargo de primer ministro, victimizándose ante el ciego y alborozado pueblo cubano, para cepillarse al presidente Manuel Urrutia Lleó y a ministros socialdemócratas del primer gabinete de la revolución.

Entonces, Castro apeló a las masas; como intentaron este miércoles y seguirán intentando de aquí al domingo, las huestes españolas del socialismo del siglo XXI con el expresidente José Luis Rodríguez Zapatero y la prensa adicta a Moncloa. Zapatero sabe cómo agitar a las masas en día de reflexión electoral para hacerse con el poder y ahora vive encantado con el Grupo de Puebla y otras aventuras que combinan la práctica del izquierdismo con negocietes de amigos.

Hasta el momento, la respuesta de las masa socialista ha sido nula, 73 militantes acudieron la noche de este miércoles a Ferraz, sede del PSOE; pero no hay que dar el tema por zanjado porque la pirueta de Sánchez pone en riesgo multitud de intereses cruzados, empezando por los de nacionalistas periféricos y el bloque bolivariano de las Américas, que temen una vuelta del Partido Popular al gobierno, en caso de nuevas elecciones generales, que no podrían convocarse hasta el 29 de mayo.

Cuando alguien se quiere ir, se va, con una declaración sobria y responsable, sobre todo en un país atlantista, occidental, aliado de Estados Unidos y en medio de dos grandes conflictos con consecuencias directas para Europa: la agresión rusa a Ucrania y la guerra entre Hamás e Israel; el resto son serpentinas para las glorietas con el objetivo de provocar la adhesión incondicional de las masas, como si España fuera una dictadura populista; en vez de una democracia parlamentaria.

Como el presidente estará reflexionando estos cinco días, quizá le sirvan estas palabras de uno de sus antecesores, Adolfo Suárez González, cuando dimitió irrevocablemente, en 1981.

“No es una decisión fácil. Pero hay encrucijadas tanto en nuestra propia vida personal como en la historia de los pueblos en las que uno debe preguntarse, serena y objetivamente, si presta un mejor servicio a la colectividad permaneciendo en su puesto o renunciando a él.

“He llegado al convencimiento de que hoy, y, en las actuales circunstancias, mi marcha es más beneficiosa para España que mi permanencia en la Presidencia”.