Redacción Cuba

La Habana.- Félix León, un veterano diplomático cubano que terminó su carrera como encargado de negocios de Cuba en Praga, República Checa, con rango de embajador, fue asesinado en las últimas horas en La Habana, según pudo saber El Vigía de Cuba.

León, quien fue embajador en varios países y también estuvo al frente de la dirección de Europa del Ministerio de Relaciones Exteriores, era un hombre mayor y ya estaba retirado de sus funciones.

Su muerte, según la fuente consultada por este medio fue violenta, pero se desconoce hasta el momento si fue producto de un asalto o si entraron a su casa a robar y lo asesinaron.

Por otra parte, Marcelo Caballero Torres, quien se desempeña como embajador de Cuba en Djibouti, expresó en Facebook su pesar por la muerte de quien consideraba un amigo: «Se me murió Félix Léon… mejor dicho ‘me lo murieron’. ‘Pacolo’ como también lo conocemos (me niego a hablar de ti en pasado) ¡Tantos años juntos! y algunos cabrones se interpusieron en nuestros planes. Esta es nuestra última foto…» (la foto está en el post), y luego agrega fragmentos del poema Elegía, de Miguel Hernández.

A la publicación de Caballero Torres, siguieron muchos comentarios, entre ellos el del Maura Quintero Dipotet, quien lamentó la muerte del embajador: «Lo siento muchísimo. Se llevaron al hermano Paco. Ni la justicia calmará nuestro inmenso dolor. No puede haber impunidad para ese crimen».

Otro embajador veterano, Jorge Edgar Martí, insiste en que «no puede haber impunidad. Hay que encontrar a los monstruos, ya no solo por el vil crimen cometido, sino, para evitar con la justicia que vuelvan a cometer actos tan horribles».

Los asesinatos y los asaltos están a la orden del día en Cuba desde hace mucho tiempo. La crisis que vive el país, la escasez de alimentos, medicinas, bienes necesarios para la vida, y la inflación desenfrenada convierten a cualquier persona en víctima de ladrones y pandilleros.

En los últimos meses han matado personas dentro de sus casas para robarlas, han asesinado a campesinos para robarle un caballo o una vaca, a otros por un celular, o una bicicleta, sin contar los asaltos a las personas que van en carros.

La historia de la violencia en Cuba es larga, pero el gobierno no quiere aceptarlo, porque sabe que admitir públicamente que el crimen -incluso el organizado- campea por sus respetos, puede terminar por espantar a la escasa cantidad de turistas que aún visitan la isla.

La muerte de Félix León puede que pase al olvido. Tal vez la policía atrape a los asesinos, pero lo más probable es que nunca sepamos qué pasó ni qué hicieron con sus victimarios.

A diferencia de otros embajadores, que se creen las personas más importantes del mundo, León gozaba de aprecio entre la clase baja del Minrex, entre las secretarias, los choferes, los encargados de limpieza. Cada vez que en los corrillos se hablaba de algún ‘creyente’ se ponía como ejemplo contrario al diplomático recién asesinado.