Por Jorge Menéndez ()
Cabrils.- Desde hace algún tiempo me estoy cuestionando el mundo de hoy. Han cambiado sus realidades y no estoy asimilándolo correctamente. Cada vez veo menos lógica, más hipocresía y falsedades de los dirigentes políticos, que son, en definitiva, los que llevan las riendas del planeta.
Ya no tiene prioridad la educación, con asignaturas suspensas pasas de grado, los gays y las lesbianas ya no son el centro del orgullo social, ahora no sé ya ni cuantos sexos hay: el binario, el no binario… hay guerras, y si antes el mundo luchaba por pararlas, ahora todos se aprovechan para ganar dinero a raudales y por tanto las fomentan sin pensar en los muertos.
Se hablaba de globalización y ha sido un estrepitoso fracaso. El proyecto europeo, tal como lo veo, ahorita llegará a Singapur o quizás a Japón, perdiendo su atractivo.
La verdad, no tengo ni idea de cómo mis hijos vivirán dentro de 20 años, Aunque, desde luego, ya no estaré y quizás sea para bien.
Vamos mal: los políticos y/o estadistas con visión global de los problemas dejaron de existir y dieron paso a los Zapateros, Sánchez, Macron y compañía, tipos que no ven más allá de sus narices y que de estadistas… cero patatero.
Europa vive sumisa a los intereses que defiende un viejo senil que casi no puede sostener una conversación porque se pierde, o se cae de la escalera del avión o sale de un discurso por donde no hay una puerta, o sitúa a las pirámides de Egipto en México.
La derecha mundial esta pasiva, dando lugar a partidos de ultraderechas que se convierten en la versión menos mala ante la transformación más fidelista, madurista y evista de la izquierda.
Miro a mi país y la ultraizquierda de vividores mafiosos mata de hambre a mi pueblo y los devuelve al paleolítico y no pasa nada. Poco a poco desaparece nuestra nación cubana, en medio de promesas y más promesas. Luego de 65 años de proyecto, luchamos por tener luz y que los lagos de Canadá no se congelen para tener chícharos. que, tal vez, después se pueden convertir en café. Así vamos.
Europa y Estados Unidos han invertido más dinero que nunca en fomentar una guerra. Hablamos de la plata que nunca destinaron a luchar contra las enfermedades, en educación y en bienestar, para respaldar a Ucrania con la única intención de derrotar a Rusia. Eso sí, sin mandar a su gente al campo de batalla: que mueran otros, porque siempre existe el comemierda.
Coches eléctricos, que no caminan más de 500 kilómetros, a precio de oro. Hipotecas a intereses fijos, a intereses variables. Nada que de cualquiera de las formas te timan.
La medicina la convirtieron en un negocio. Somos una especie de carro sin gomas que entra en un hospital, si tienes la suerte de poder hacerlo, y te cambian una pieza de repuesto con mucha suerte, y si no para el cementerio.
Esto está jodido o yo no entiendo nada.
