INTRIGA Y ESPIONAJE: LOS SECRETOS OCULTOS DE LA GUERRA CIVIL ESPAÑOLA

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Tomado de MUY Interesante

Descubre la red de espionaje que definió la guerra civil española y su impacto en la historia global en esta entrevista exclusiva a José Luis Hernández Garvi, coordinador de ‘Espías en la guerra civil española’, publicado por Pinolia.

Madrid.- La Guerra Civil Española (1936-1939) fue un conflicto que no solo dividió a una nación, sino que también se convirtió en un campo de batalla para espías internacionales. En este periodo de agitación, agentes secretos de Estados Unidos, Rusia, Alemania y otros países se infiltraron en ambos bandos, estableciendo redes de inteligencia y ejecutando misiones cruciales que influirían en el desarrollo del conflicto.

Los espías jugaron roles clave, desde la recopilación de información hasta influir en decisiones estratégicas. Sus operaciones no solo marcaron la Guerra Civil, sino que también dejaron un legado en la Segunda Guerra Mundial. La habilidad para moverse en las sombras y obtener información valiosa era esencial, y España se convirtió en un terreno de entrenamiento para futuros conflictos del siglo XX.

Recientemente, la editorial Pinolia ha publicado ‘Espías en la guerra civil española’, una obra esencial para comprender el impacto de las operaciones de inteligencia en el escenario global de un periodo histórico convulso. Desde los oscuros callejones de Madrid hasta las altas esferas de la política internacional, se desplegaron operaciones clandestinas que definieron el curso de la historia.

Hemos entrevistado a su coordinador, José Luis Hernández Garvi, reconocido por su trayectoria literaria y sus contribuciones como divulgador histórico, quien nos detalla a continuación algunos de los entresijos de la red de espionaje que definió la Guerra Civil Española y su impacto en la historia global.

Pregunta. ¿Qué eventos o situaciones específicas de la Guerra Civil Española consideras que fueron particularmente influyentes en el desarrollo de las tácticas de espionaje?

Respuesta. Como ocurre en todas las guerras, el manejo de la información confidencial por los bandos enfrentados se convierte en un elemento decisivo. El caso de la guerra civil española no fue una excepción y las tácticas de espionaje jugaron un papel fundamental en todos los frentes, tanto a nivel táctico como estratégico. El bando franquista contaba con cierta ventaja sobre los servicios secretos de la República, al contar los primeros con la experiencia aportada por la inteligencia militar, curtida en el pasado en su lucha contra la “subversión” y en las campañas del Norte de África. El Servicio de Información y Policía Militar, creado en 1937 en la zona sublevada, fue la agencia de inteligencia que aglutinó todo ese potencial, actividad que no solo se desarrolló en el plano militar, extendiendo sus actividades a la represión de elementos republicanos en retaguardia.

Por el contrario, los servicios de información republicanos estaban en clara desventaja. Desde un principio tuvo que enfrentarse a una total descoordinación debido a la existencia de diferentes servicios controlados por organizaciones políticas. Por otro lado, tuvo que hacer frente a las injerencias externas, fundamentalmente del NKVD soviético, que pretendió ejercer ese control por cualquier medio. El Servicio de Información Militar fue creado en 1937 con el objetivo de superar todos esos obstáculos, aunque finalmente también se convirtió en instrumento político de represión interna.

P. En el libro se menciona a figuras como Ramón Mercader y Kim Philby. ¿Podrías compartir más sobre cómo estos individuos impactaron en las operaciones de espionaje durante la guerra?

R. En el caso Ramón Mercader, el militante comunista que el 21 de agosto de 1940 asesinó a León Trotski cumpliendo las órdenes recibidas por Stalin, entró en contacto por primera vez con el NKVD, del que sería agente, durante la contienda española. Fue su madre, Caridad Mercader, la que le habría animado a unirse al servicio de seguridad soviético para después recibir un adiestramiento especial.

Imagen: WIkimedia Commons.

León Trotski, años antes de ser asesinado por Ramón Mercader. Imagen: WIkimedia Commons.

Kim Philby, quizá el más conocido de los llamados “cinco de Cambridge”, grupo de espías británicos reclutados por la Unión Soviética en el Trinity College de la Universidad de Cambridge que actuaron como “topos” en diferentes círculos de poder de la sociedad británica, actuó como agente al servicio de los soviéticos en la Guerra Civil española utilizando diferentes tapaderas. Gracias a su célebre carácter extrovertido, consiguió infiltrase en el círculo cercano a Franco. Según algunas fuentes, se le había encomendado la misión de asesinar al líder de los sublevados, plan que fue suspendido en el último momento.

P. También se habla de las máquinas Enigma y su uso por parte de Franco. ¿Cómo crees que la tecnología de cifrado alteró el curso de la guerra civil?

R. Uno de los retos más importantes a los que se enfrenta la inteligencia militar en los conflictos es el de mantener sus comunicaciones cifradas para que el enemigo no pueda conocerlas. Para evitar las filtraciones propias y descifrar los mensajes enemigos se dedican ingentes esfuerzos, tanto en material de última tecnología como en personal capacitado. Las máquinas Enigmas, suministradas por la Alemania nazi al bando franquista, obedecían a esos requisitos y fueron decisivas para mantener a salvo el flujo de información.

Consideradas en su tiempo como equipos ultra secretos que empleaban códigos que nunca podrían ser descifrados, los republicanos no contaban con nada parecido para preservar sus comunicaciones Hay que señalar que las Enigmas recibidas no eran el modelo que usaban las fuerzas armadas alemanas. Las que se emplearon en España eran del tipo utilizado en transacciones comerciales para evitar el espionaje industrial y por tanto menos sofisticadas. Aun así, cumplieron perfectamente con su misión.

P. ¿Cuáles fueron las estrategias más efectivas utilizadas por los servicios de inteligencia españoles al inicio de la contienda?

R. Desde un principio los servicios de inteligencia se volcaron en descubrir los planes y movimientos del enemigo para ir un paso por delante, al mismo tiempo que precisaban conocer el número de fuerzas y medios disponibles sobre el campo de batalla para actuar en consecuencia. El contraespionaje era otra de las misiones clásicas que llevaron a cabo con mayor o menor efectividad, a veces condicionados por cuestiones políticas. Posteriormente, el trabajo del SIPM franquista y del SIM republicano, organizaciones que asumieron esas responsabilidades, se desvió hacia tareas relacionadas con la represión implacable del enemigo en retaguardia, la infiltración de quintacolumnistas y la planificación de operaciones de sabotaje.

Españolas en la resistencia francesa

Las mujeres republicanas españolas pasaron de una guerra civil que las obligó a exiliarse a un conflicto de escala internacional. Foto: Album.

P. Colaboración Internacional: ¿De qué manera colaboraron los servicios secretos internacionales con los espías españoles y cómo afectó esto a la dinámica de la guerra?

R. Desde un primer momento, ambos bandos contaron con la ayuda de los servicios secretos de las potencias totalitarias, que veían la Guerra Civil española como la antesala y ensayo general del conflicto que poco después las iba a enfrentar. Como se narra en las páginas del libro, la injerencia de la Abwehr, la inteligencia militar alemana dirigida por el almirante Canaris, la Gestapo nazi y sobre todo del NKVD soviético, fue vidente a lo largo del todo el conflicto. Ambos bandos se sirvieron de sus socios para aplicar nuevos métodos y adquirir experiencia. De la misma forma, los británicos crearon una importante red de contactos que les serían muy útiles durante la Segunda Guerra Mundial.

P. ¿Podrías explicar cómo los servicios de contrainteligencia en España (1936-1939) trabajaron para proteger sus operaciones y desinformar al enemigo?

R. Es una cuestión difícil de contestar en tan poco espacio y emplazo a los lectores a que encuentren respuestas en las páginas del libro. A grandes rasgos, ambos bandos utilizaron nuevos métodos que se unieron a los que podríamos llamar “tradicionales”. Entre los primeros, ya hemos hablado del uso de tecnología y métodos electrónicos. Respecto a los segundos, la compra de voluntades, el uso de la coacción, el chantaje, la intimidación o la persuasión mediante el uso de métodos violentos, sin que se nos olvide la tortura, nunca pasaron de moda.

A la hora de desinformar, la propaganda jugó un papel fundamental en ambos bandos, no solo para confundir o minar la moral del enemigo, también para vender una imagen de cara al exterior.

P. ¿Cómo influyeron el NKVD soviético y la Gestapo nazi en los métodos y operaciones de los espías republicanos y del bando sublevado?

R. El papel del NKVD se dividió en dos líneas de actuación. Por un lado, trabajó estrechamente con la República para unificar y mejorar el trabajo de su servicio de inteligencia, aunque en muchos casos se excedió en el ejercicio de sus funciones en su afán por ejercer un absoluto control. Por otro, se aplicó de forma especialmente efectiva para eliminar a opositores y rivales políticos, incluso dentro de aquellos que estaban a favor de la República pero podían hacer sombra a los comunistas.

En lo que se refiere a la Gestapo nazi, conviene recordar que era una organización con carácter de policía política más que de servicio de inteligencia. Además de infiltrar la sociedad del bando sublevado con sus agentes, teniendo en cuenta el servicio que pudieran prestar en el futuro, brindó su amplia experiencia en materia represora para eliminar enemigos políticos. También estrechó los lazos para una futura colaboración en el marco de la Segunda Guerra Mundial.

Imagen: Getty Images.

«En lo que se refiere a la Gestapo nazi, conviene recordar que era una organización con carácter de policía política más que de servicio de inteligencia». Imagen: Getty Images.

P. ¿Qué lecciones del espionaje en la Guerra Civil Española crees que son aplicables a la inteligencia moderna?

R. Se puede afirmar que la Guerra Civil española abrió un nuevo escenario para el trabajo de los espías, sobre todo el de los llamados agentes de campo, que ya se había iniciado durante la Primera Guerra Mundial, tuvo continuación durante la Segunda Guerra Mundial, y alcanzó su edad de oro durante la Guerra Fría. También sirvió de inspiración, si se me permite usar esta expresión, para agentes secretos que por diferentes motivaciones decidieron servir a una causa. Quizá el caso de Garbo es el más sobresaliente, junto al de toda una generación de espías soviéticos. Muchos de los agentes nazis que se forjaron una reputación en España fueron perdonados y reconvertidos tras el final de la Segunda Guerra Mundial para ponerse al servicio de los servicios secretos occidentales. Todos ellos crearon escuela y sus técnicas y conocimientos se han desarrollado hoy en día mediante el uso de la tecnología.

P. Como coordinador de esta obra, ¿qué historias o revelaciones encontraste más sorprendente o reveladora?

R. Es una pregunta difícil de contestar. A la hora de coordinar esta obra he procurado que los autores fueran todos de primer nivel y que los temas tratados pudieran aportar datos nuevos y desconocidos, tanto al lector profano como al especialista. Estoy convencido de que la calidad de los textos acredita este propósito e invito a los lectores a que los descubran y a la vez se sorprendan leyendo el libro. Por este motivo, no puedo decantarme por un tema en particular y, más allá del tópico y de la respuesta de conveniencia, debo decir sinceramente que por su interés me quedo con todos y cada uno de los capítulos.

P. Dado el contexto histórico de la Guerra Civil, ¿cómo evalúas la evolución del espionaje desde entonces hasta la actualidad y qué papel juegan los avances tecnológicos en esa transformación?

R. Aunque durante la Primera Guerra Mundial se sentaron las bases de lo que podríamos llamar espionaje moderno, la contienda civil española supuso un auténtico despegue cualitativo en el uso de alta tecnología y participación de una generación de agentes secretos que años después formarían la columna vertebral de los servicios de inteligencia durante la Guerra Fría.

Con el paso de las décadas, el trabajo de los espías y el uso de los métodos tradicionales en las misiones de adquisición de información y labores de inteligencia mantienen su vigencia, si bien han sido relegados a un segundo plano por el uso masivo de la tecnología y el papel desempeñado por los analistas que de forma remota interpretan los datos obtenidos. En este sentido, el uso de satélites, drones, IA, y tácticas de guerra híbrida van a configurar la evolución del espionaje en el futuro.