PETRO JUEGA PARA SÍ Y NO PARA LOS INTERESES DE COLOMBIA

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Por Mauricio de Miranda
Cali.-Como era de esperar, Gustavo Petro despliega una política exterior que responde a sus posiciones políticas y no a los intereses del Estado.
El pasado 1 de mayo anunció la ruptura de relaciones diplomáticas entre Colombia e Israel. En una plaza pública dijo que la ruptura era «por tener un Gobierno genocida, por tener un presidente genocida». Bueno, imagino que se refiera al primer ministro Netanyahu, que no es el presidente, sino el primer ministro. Y es que Israel tiene un régimen parlamentario, no presidencial y es el primer ministro el jefe de gobierno. La presidencia es solo ceremonial.
Pero más allá de ese «pequeño desliz», el problema es mucho más grave. Colombia tiene un tratado de libre comercio con Israel, el comercio con ese país es superavitario para el país sudamericano. En 2022 el superávit comercial (exportaciones – importaciones) fue de 899,8 millones de dólares y en 2023 de 445,5 millones de dólares. Téngase en cuenta que en términos globales Colombia es un país deficitario, por lo que resulta muy importante para este país tener socios comerciales con los que existe superávit comercial.
Y si bien es cierto que el comercio no tiene por qué pararse, será muy difícil que mantenga el nivel actual y que los potenciales inversionistas israelíes consideren a un país con el que se han roto las relaciones diplomáticas para realizar sus inversiones.
Pero además, Colombia tiene una población hebrea compuesta por alrededor de seis mil personas, pero con una presencia importante en la economía, la cultura, la educación y la salud. Y de igual forma, casi tres mil colombianos viven en Israel.
Una cosa es la condena al gobierno de Netanyahu y otra distinta es romper las relaciones entre los dos Estados. El gobierno no es el Estado, las relaciones entre Estados deben preservarse aunque las relaciones entre gobiernos no sean buenas. Petro debe tener en cuenta que su paso por la Casa de Nariño es temporal, aunque él quiera buscar cualquier forma posible de atornillarse en el poder, y también debe tener en cuenta que Netanyahu, aunque increíblemente sea el gobernante israelí que más tiempo ha estado en el poder (17 años en tres perídos, 1996-1999, 2009-2021 y 2022 hasta la actualidad), tampoco es eterno y pasará si unas elecciones le son desfavorables.
Gustavo Petro ha condenado las inaceptables respuestas inmisericordes del gobierno israelí contra Gaza, pero ha sido incapaz de condenar de igual forma las acciones también inaceptables de Hamás. Una vez más le sale «el cobre» como se dice en Colombia.