Por Jorge Menéndez ()
Cabrils.- Vladímir Zelensky al fin ha desgranado su llamado Plan de la Victoria, después de que Joe Biden, durante la visita que hizo el mandatario ucraniano a Naciones Unidas, le dijera que lo «afinara» , pues estaba «en pañales».
La semana pasada, Zelensky debió haber presentado su plan en Berlín, lo cual tampoco sucedió, por la negativa de Biden a viajar a Europa a última hora, condicionada por el azote del huracán Milton a la Florida. Y. finalmente, este miércoles el Plan de la Victoria ha sido presentado en la Rada de Ucrania por el actor televisivo.
Ante las caras soñolientas y de aburrimiento de los diputados, Zelensky ha desgranado su plan, construido y concebido con el dinero ajeno, pues, como es costumbre, en él se abroga el derecho que nadie le ha concedido.
El artista insiste en provocar la Tercera Guerra Mundial, pidiendo eliminar todas las trabas para entrar en la OTAN » hoy mismo», cosa que, de plano, es contraria a los estatutos de la Alianza
Zelensky pide, además, que los países occidentales derriben los cohetes rusos desde su territorio, tratando, una vez más, de internacionalizar el conflicto.
El plan pide a los paises occidentales autorizaciones para golpear la Rusia profunda y causar estragos dentro de la población civil, y solicita apoyo para labores de inteligencia dentro del territorio ruso, o lo que es lo mismo, acciones terroristas.
Por último, hace hincapié en mantener su ofensiva en Kursk para demostrarle al mundo que Ucrania también puede, y debe, invadir el territorio enemigo. Curiosamente, esto ocurre cuando Rusia ya los ha expulsado del 50 por ciento de la zona que ocuparon en la invasión de Kursk.
No son pocos los analistas militares que critican a Zelensky por esta acción, sobre todo por las más de 20 mil bajas ucranianas en esta zona, lo cual, a su vez, provocó un avance bestial de las tropas rusas en el Donbass ante la falta de efectivos en aquellos lugares
¿Valía entonces atacar Kursk a cualquier precio?
El Plan de La Victoria de Zelensky no es más que un sueño irrealizable, que nadie, quizás a excepción de él, se lo cree, visto lo visto en el campo de batalla.
También, el gobierno lituano sacó a la luz una noticia que me dejó perplejo y que, desde luego, me tomo como una broma de mal gusto: Lituania ha firmado con el gobierno ucraniano una carta de intenciones para construir en su territorio una fábrica de municiones y armamentos a partir del 2025, financiada por Ucrania.
De broma y de las de mal gusto. Un país que calcula sus victorias con el dinero ajeno, que no tiene un céntimo ni para dar de comer a su pueblo, resulta que ahora quiere construir una fábrica de armamentos. Si me dicen que es de pistolas de agua, entonces me lo creeré. Zelensky esta borracho.
