Por Rolando Feitó ()
Novosibirsk.- Dicen que en Cuba el tiempo transcurre más lento que en otros lugares, pero cuando paseas por Trinidad te das cuenta que allí el tiempo se detuvo. Y es la oportunidad que tienes de visitar aquellas antiguas casonas y palacetes donde, gracias a la restauración, tal parece que aún viven allí sus dueños.
Los adoquines de la parte histórica de la ciudad fueron las piedras traídas como lastre de los barcos que después llevaban mercancías a Europa.
El 23 de julio de 1988 fue declarado como Patrimonio Mundial Cultural el Centro Histórico de Trinidad junto al Valle de los Ingenios, zona donde prosperó el azúcar con la llegada de las familias Iznaga, Borrell y Brunet hacia la mitad del siglo XIX.
Trinidad fue fundada oficialmente como Villa de la Santísima Trinidad, siendo la tercera villa fundada por la corona española en Cuba, a principios de 1514, con la presencia de Diego Velázquez de Cuéllar.
Luego fue evolucionando con rapidez, gracias a la actitud emprendedora de sus habitantes y el comercio de contrabando, hasta convertirse en una de las más prósperas de la mayor de las Antillas.
